Esta costumbre fue estrenada en Estados Unidos entre 1929 y 1933, la época de la Gran Depresión, que llevó a trece millones de norteamericanos al paro. Entonces, el principal medio de evasión era el cine, un espectáculo asequible para todos los bolsillos.
Si querían tener el estómago igualmente entretenido durante la proyección, los empobrecidos espectadores sólo podían permitirse las palomitas, que se elaboraban al instante con una materia prima tan abundante en EE UU como son los granos de maíz. Además, los vendedores cosechaban con las palomitas unos beneficios de hasta el 2.500%.
Actualmente el menú de los cines ha ido creciendo, ofreciendo variedad de alimentos como perros calientes, nachos, tequeños, pero las inigualables cotufas tienen y tendrán siempre su puesto de honor.
Fuente: CULTURIZANDO