En 1944, Donald Watson, Elsie Shrigley y otros cuatro amigos vegetarianos quisieron dar un paso más en sus dietas alimenticias y fundaron la primera Asociación Vegana.
Hasta entonces lo más común es que los vegetarianos también incluyeran en su dieta determinados productos lácteos como la leche, la mantequilla y el queso, así como otros alimentos de origen animal como los huevos o incluso el pescado. Sin embargo, para Watson y compañía estos productos no eran propios de alguien que quisiera llamarse a sí mismo “vegetariano” y por eso se quisieron diferenciar con un término diferente. Nacía así el concepto de “vegano” entendido como “vegetariano estricto” que solo y exclusivamente se alimenta con productos de origen vegetal.
En la actualidad el veganismo ha ido ganando terreno entre un numeroso sector de la población aupado e influenciado por movimientos new age y postmodernistas.
¿Qué dice la Ciencia respecto a las estrictas dietas veganas?
Hace tan solo unos días, la conocida Popular Science, realizaba un exhaustivo análisis de las dietas veganas y lo cierto es que no las dejaba en muy buen lugar. El artículo se titula “Why vegan diets sucks” y enumera varias razones por las que la ciencia considera que ser vegano no es en absoluto una buena idea.
El ser humano es omnívoro. Durante millones de años nuestra particular evolución ha sido posible gracias a la ingesta de todo tipo de nutrientes de origen muy diverso entre los que cabe destacar, con una importancia capital, las proteínas obtenidas de la carne y el pescado.
De las múltiples carencias nutritivas que resultan del veganismo citaremos solamente la más preocupante que es la ausencia de Vitamina B12, un nutriente decisivo en multitud de tareas de nuestro organismo como la formación de los glóbulos rojos y el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Se encuentra en la carne, el pescado, la leche o los huevos, precisamente los alimentos prohibidos para cualquier vegano estricto. No se encuentra en ningún vegetal excepto en algunos tipos de algas muy específicos como por ejemplo el género Chlorella.
La carencia de vitamina B12 provoca serios problemas de salud y puede degenerar en anemias y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso. De hecho, la gran mayoría de los médicos rechazan las dietas veganas en bebes y niños, ya que en estas edades y fases de crecimiento pueden ocasionar severos problemas de salud e incluso se han reportado múltiples fallecimientos de bebés por anemia asociada a veganismo.
La carencia de sustancias necesarias para nuestro organismo que una gran parte de los veganos manifiestan es extensa e incluye entre otras: proteínas animales, creatina, carnosina o DHA (acido Docosahexaenoico). Ni decir tiene que la abundancia de frutas y verduras sí es muy positiva para nuestro organismo, por supuesto… Sin embargo, no existe en la actualidad ningún artículo científico, que no sea de naturaleza observacional, que afirme que eliminar completamente la carne, el pescado y los lácteos de la dieta sea beneficioso para nuestro organismo.
Popular Science realiza un detallado resumen con las numerosas falacias y argumentos erróneos que los más combativos defensores veganos usan para convencer de la ficticia superioridad de esa dieta, incluyendo la utilización delmiedo injustificado hacia las grasas de origen animal.
Se atribuye a Paracelso la frase “nada es veneno y todo es veneno, la diferencia está en la dosis”. Todo tiene su medida. Evidentemente el exceso de casi cualquier cosa no es saludable y, por supuesto, una alimentación con demasiadas grasas saturadas es altamente peligrosa. Pero esto no significa de ninguna manera que este tipo de grasas sean perjudiciales o innecesarias.
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