Según el sindicato Unilever Euro Works Council (UEWC), durante los últimos diez años Unilever ha destruido 70000 puestos de trabajo en Europa entre ventas, cierre de fábricas y reorganización de su estructura.
El UEWC considera que la gestión de Unilever ha sido, es y puede seguir siendo sostenible en materia de beneficios económicos pero no de empleo.
Decenas de miles de puestos de trabajo se han destruido porque las marcas de Unilever se han reducido de 1600 a 400, las estructuras organizativas se han simplificado y algunas compañías han sido vendidas, de acuerdo con el UEWC.
Desde 2010 Unilever ha cerrado ocho fábricas en Europa, lo cual ha provocado la supresión de 4000 puestos de trabajo.
Hermann Soggeburg del UEWC manifestó su frustración por el rumbo que han tomado las negociaciones sobre la supresión de puestos de trabajo en Unilever.
Soggeburg comentó que Paul Polman ha continuado con el proceso de reestructuración de las diferentes divisiones de Unilever sin que la opinión pública tenga la oportunidad de enterarse de lo que está sucediendo dentro de la compañía.
Según Soggeburg, los problemas de fondo de Unilever han sido generados por la compañía misma debido a sus propias políticas en lugar de ser sólo una consecuencia de la crisis financiera y económica que persiste sobre todo en el sur de Europa.
Soggeburg añadió que Unilever viene centrándose en los mercados emergentes, lo cual está repercutiendo negativamente sobre las operaciones de la compañía en Europa.
Para Soggeburg está claro que Unilever ha desatendido financieramente sus negocios en el sector alimentario, lo cual ha sido desastroso para marcas como Becel, Rama, Flora, Latta y Knorr.