El libro, “La leche y los productos lácteos en la nutrición humana”, asegura que los gobiernos deberían invertir más en programas para hacer que la leche y los productos lácteos estén disponibles para las familias pobres y que les ayuden a producirlos en casa.
“Como parte de una dieta equilibrada, la leche y los productos lácteos pueden ser una fuente importante de energía alimentaria, proteínas y grasas “, señaló la experta en nutrición de la FAO Ellen Muehlhoff, coautora de la publicación. “También son ricos en micronutrientes esenciales para luchar contra la desnutrición en los países en desarrollo, donde las dietas de las personas pobres a menudo se basan en almidón o cereales y carecen por ello de variedad.
Muehlhoff subrayó que para contar con una dieta saludable es necesario una combinación de alimentos, y la leche y los productos lácteos no son las únicas fuentes de nutrientes esenciales.
Pero mientras que la leche animal no se recomienda para niños con menos de 12 meses, son un vehículo eficaz para obtener nutrientes vitales y mejorar el crecimiento de los niños pequeños, cuya nutrición es fundamental en los primeros mil días de vida, según la experta de la FAO.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que pueden ofrecer, la leche y los productos lácteos son todavía demasiado caros para las familias más pobres, advierte el libro.
Se espera que el consumo de lácteos en los países en desarrollo aumente en un 25 por ciento en 2025 como consecuencia del crecimiento demográfico y de los ingresos, pero la leche y los productos lácteos estarán todavía probablemente fuera del alcance de los hogares más vulnerables.
Fuente: FAO