El arbusto africano Synsepalum dulcificum da un fruto de color rojo brillante, del tamaño de una cereza, que se conoce como fruta mágica o milagrosa. Y todo porque, además de poseer un agradable sabor dulzón, contiene una proteína llamada miraculina que obstaculiza las papilas gustativas y, de ese modo, impide que la lengua perciba los sabores ácidos y amargos.
Eso implica que, durante 30 o 60 minutos después de llevarnos esta fruta a la boca, alimentos como limones, limas o vinagre dejan de saber ácidos y se perciben como dulces. Es decir, que crea una especie de ilusión gustativa. En la actualidad, algunas farmacéuticas se están planteando usar la miraculina para camuflar el mal sabor de ciertos medicamentos y jarabes.
Fuente: muyINTERESANTE