En el blog Tomates con genes muestran una de las contradicciones de la agricultura ecológica, según se puede ver en la imagen tomada en un hipermercado Carrefour.
Para empezar ambas marcas llevan el sello europeo de producción ecológica, y además añaden el sello de la agencia que lo ha certificado. Curiosamente una es la gallega y la otra la asturiana. ¿Galicia? ¿Asturias? Claro, «zonas con muchísima tradición en la producción de café». Miro en la etiqueta donde se ha producido y solo encuentro la dirección del importador, que curiosamente, está en Madrid (vaya café más viajado). En uno de los dos especifica que es café de Colombia, aunque no encuentro el logo de “Café de Colombia” que es la silueta de Juan Valdez.
Por lo tanto, no tenemos información sobre el origen. Creo que ya he comentado alguna vez que el tema de la trazabilidad en agricultura ecológica no acaba de estar controlado. Asumiremos que es de sudamérica. Puede ser Colombia, pero también Ecuador o Brasil. La cuestión es que en ninguno de estos países hay un reglamento de producción ecológica. Por lo tanto para poder venderse en Europa con ese sello el certificador tiene que ir y certificar que la producción de ese país se adapte a un standard europeo, que en su país no tiene ninguna validez legal. Obligar a un agricultor a que se adapte a una normativa que no tiene vigencia en su país para poder vender su producto ¿neocolonialismo?
Fuente: Tomates con genes