En algunos países, papillas infantiles, zumos, fármacos, agua embotellada y alimentos como el arroz contienen una cantidad de plomo, sí como de otros metales pesados por encima de los límites legales que denuncian la toxicidad estos metales pesados. Más aun, al margen de enfermedades, se han detectado al menos medio millón de niños en EE.UU., de entre uno y cinco años afectados por contener en sus cuerpos dosis de plomo extremadamente peligrosas para la salud. Desde aquél país se lanza una nueva demanda contra las empresas agroalimentarias que comercializan alimentos ¿supuestamente envenenados? contra bebés.
Después de un envenenamiento alimentario determinado, al rastrear su origen/procedencia, se encontró que el alimento había salido de Asia, alcanzado Mesoamérica, en donde se cambiaron etiquetas, lugares de origen, etc. De allí fue enviado a Europa en donde nuevamente se realizó la misma operación, etc.
Se puede pagar mucho por un alimento infantil, presuntamente de los más sanos y nutritivos. Ahora bien: ¿Quién garantiza la salubridad del alimento? En el caso citado logró encontrarse y desmembrase la trama oculta (pero lamentablemente no se identificó a la mayoría de los responsables), pero a menudo no hay manera de detectar el origen y la cadena de fraude que implican muchos países y continentes
Fuente: Un Universo invisible bajo nuestros pies