En su libro Hábitos prodigiosos para vivir más y mejor (Ariel), el doctor David B. Agus (Baltimore, 1965), uno de los investigadores sobre el cáncer más reputados del mundo, sugiere una serie de pequeños hábitos que podemos modificar en nuestra vida diaria, sin demasiado esfuerzo, para disfrutar de vidas más longevas y de mejor calidad.
Se destacan los siguientes párrafos:
Y vigile también con los aparentes eslóganes pro salud. Si tienen que explicarle que un producto es bueno para usted (con descripciones como “light”, “sin colesterol” o “rico en antioxidantes”), probablemente no sea muy de verdad. Piénselo un instante: para que puedan formularse tales afirmaciones, el alimento debe envasarse y someterse a algún tipo de test o criterios para recibir el sello de aprobación. Y ello implica que es imposible que sea tan de verdad o natural como se pretende. El zumo de naranja, por ejemplo, se vende con multitud de eslóganes que promocionan su aspecto saludable (“la ración de vitamina C necesaria para un día”), pero una naranja calladita y solitaria descansando en el fondo de la cesta de la fruta hará más por su salud que un gran vaso de fructosa sin fibra.
Muchas personas creen que comen de manera saludable porque compran platos congelados light, helado o yogur sin grasas, zumos de fruta 100% naturales, quesos bajos en grasas, barritas energéticas, refrescos light, aperitivos orgánicos de cien calorías y un largo etcétera. Si embargo, si observa el contenido nutricional de tales alimentos y el orden en que se listan los ingredientes (el cual refleja su importancia), es probable que se encuentre más azúcar, grasas saturadas, sal e ingredientes con nombres raros que ninguna otra cosa.
Fuente: El Confidencial