Un grupo de expertos analizaron en Madrid cómo la biotecnología vegetal cambiará el día a día, una mesa redonda en la que se rechazó el bloqueo tácito de la Unión europea a los organismos modificados genéticamente. El debate se enmarca en la jornada ‘Biotecnología Vegetal: cómo cambiará nuestras vidas’ con motivo de la Semana de la Ciencia. La mesa redonda contó con la participación de Francisco García Olmedo (Miembro del Colegio Libre de Eméritos y de la Real Academia de Ingeniería), Fernando Luna Maza (presidente ASAJA Huesca), Miguel Ángel Díaz Yubero (Real Academia de Ciencias Veterinarias), y Soledad de Juan Arechederra (Fundación Antama).
Para esbozar una mapa de la situación actual de la biotecnología agraria en el mundo, Soledad de Juan hizo un repaso de la apuesta europea e internacional por este modelo agrario por el que ya apuestan 18 millones de agricultores en todo el mundo (más del 90% de éstos de países en vías de desarrollo). En su intervención criticó que la Unión Europea sólo permita cultivar un evento biotecnológico pero que permita la importación de 45, una doble moral que impide a los agricultores europeos competir en condiciones de igualdad.
En esta línea criticó que la Unión Europea acumule más de 44 años de retrasos en aprobación de organismos modificados genéticamente que ya han sido validados científicamente como seguros. “No podemos seguir rechazando una tecnología que nuestras autoridades científicas ya han dado por seguras (…) Tenemos que desatascar esta situación”, resaltó.
Francisco García Olmedo llamó la atención sobre que la Unión Europea actualmente esté usando más de 34 millones de hectáreas para cubrir su demanda alimentaria. Desde su punto de vista “Europa se está condenando” al no apostar por la biotecnología agraria y al hacer caso a campañas sensacionalistas que no tienen base científica en vez de hacer caso a las evidencias de la comunidad científica. [Ponencia magistral de Francisco García Olmedo]
Por su parte, Fernando de Luna explicó en términos de rendimiento por qué los agricultores de Huesca apuestan por el maíz modificado genéticamente, una variedad que les permite reducir las pérdidas y por tanto hacer más rentables las cosechas. Unas semillas por las que apuestan libremente y que llevan cultivando desde hace años sin que se haya dado ni un solo problema de coexistencia. “Necesitamos poner la ciencia al servicio del productor para poder ser competitivos, si no lo hacemos el agricultor desaparecerá”, afirmó.
Miguel Ángel Diez Yubero criticó que con el freno al progreso de la biotecnología agraria la Unión europea se está convirtiendo en un museo incapaz de ser competitivo y cada vez más dependiente de las importaciones. En esta línea criticó que se haya creado en la Unión Eurpea un rechazo hacia la biotecnología agraria sin que exista base científica alguna. “La Unión Europea tiene que ser consciente de que la biotecnología es el futuro (…) Hay que imponer argumentos científicos sólidos”, señaló.
Fuente: Funadación Antama