La Autoridad de la Competencia explicó en un comunicado que esas 56 tiendas están ubicadas en áreas donde la absorción por Carrefour habría reforzado «significativamente» su presencia en el mercado de la distribución alimentaria.
La razón es que los puntos de venta de Carrefour y Dia en esas zonas «acumulan cuotas de mercado muy fuertes, sin que los competidores presentes puedan ejercer una presión competitiva suficiente para modificar el comportamiento de la nueva entidad, en particular en los precios».
Para prevenir esa situación, Carrefour tendrá que ceder 50 de esos comercios y rescindirá los contratos de franquicia de otros seis.
Esas medidas, según la autoridad en su decisión, «permitirán el mantenimiento de una situación de competencia equilibrada al suprimir la suma de las cuotas de mercado engendrada por la adquisición de Dia y garantizarán a los consumidores concernidos una oferta competitiva y diversificada en sus compras alimentarias».
Otra condición impuesta al gigante de la distribución es que no podrá adquirir, ni establecer contratos de franquicia, con las tiendas de las que debe separarse.
En principio, la compra de Dia Francia por Carrefour fue examinada por los servicios de la competencia de la Comisión Europea, que decidieron que tenía que ser la autoridad francesa la que se encargara de evaluar los posibles problemas de concentración.
Se da la circunstancia de que Dia era una filial de Carrefour, que la sacó a bolsa en 2011 cuando necesitaba liquidez.
El grupo español decidió desprenderse de su negocio en Francia después de que las ventas de Dia en ese país hubieran caído un 10,9% el pasado año para quedar en 2.179,4 millones de euros, mientras progresaban en sus otros grandes mercados: España, Argentina y Brasil.