Las normas de EE. UU. para las comidas escolares podrían resultar contraproducentes

Toca Comer. Las normas de EE. UU. para las comidas escolares podrían resultar contraproducentes. Marisol Collazos Soto, Rafael Barzanallana

Los nuevos requisitos federales que controlan los tipos de comidas servidas en las escuelas de EE. UU. podrían en realidad fomentar unos hábitos vinculados con la obesidad y la diabetes, sugiere un estudio reciente.
Aunque ahora es obligatorio que las comidas escolares contengan menos grasa y más granos integrales, frutas y verduras, no hay normas sobre el azúcar añadido ni los carbohidratos adicionales, explicaron investigadores de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins.
Los investigadores hallaron que las escuelas están sirviendo principalmente granos integrales procesados, que se convierten en azúcar con facilidad durante la digestión. Mientras tanto, muchas escuelas están sirviendo fruta enlatada, jugo de fruta y leche con sabores, artículos que contienen azúcar añadido, encontró el estudio.
Los autores del estudio dijeron que ampliar las normas federales para las comidas escolares para que incluyan un aumento en la cantidad de granos integrales y productos de alimentos integrales servidos, además de limitar el azúcar añadido y los alimentos procesados, podría ayudar a garantizar que los niños estén comiendo los carbohidratos adecuados.
También recomendaron que un panel independiente de expertos reevalúe las restricciones de las comidas escolares para garantizar que no se estén reemplazando las grasas saturadas con carbohidratos procesados.
«La locura por la reducción en las grasas en las dos últimas décadas ha hecho que los estadounidenses cambien a una dieta rica en carbohidratos y baja en grasa», apuntó en un comunicado de prensa de la Universidad de Johns Hopkins Sadie Barr, estudiante en un programa dual de MPH-MBA en la Facultad de Salud Publica Bloomberg y la Facultad de Negocios Carey de la universidad.
«Este [cambio] se ha vinculado firmemente con la obesidad, la diabetes y otras enfermedades relacionadas con la dieta, en gran parte porque la mayoría de los carbohidratos que comemos son procesados. Los almuerzos escolares, incluso con estas nuevas regulaciones, siguen reflejando esta dieta en gran medida», dijo Barr.
Las comidas escolares tienen implicaciones significativas para la salud de los niños. Más de 30 millones de niños participan en los programas de desayuno y almuerzo escolar, según los investigadores. Eso significa que las comidas escolares podrían conformar más de la mitad de las calorías que esos niños consumen a diario, dijeron los investigadores.

Fuente: Johns Hopkins University Bloomberg School of Public Health, news release, Nov. 18, 2014

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