Al volante en verano, calor y sed. Camino de la playa, de vuelta a casa, kilómetros y sed. No resulta raro. Y, sin embargo, hay más riesgo del que parece. Un vaso de agua de menos es como una copa de más. El coche y la deshidratación (juntos) son tan peligrosos que, eso sí, el remedio es facilísimo: cuando conduzcas, bebe. Agua, por descontado. Pero ¿se puede beber algo más?
PREÁMBULO
- Conducir con altas temperaturas estimula la sudoración excesiva y, en consecuencia, la pérdida de agua en el cuerpo. También se pierden sales minerales por no beber a tiempo.
- El estudio Deshidratación y conducción, elaborado por la Universidad de Loughborough y el European Hydration Institute concluye que los conductores con deshidratación cometen tantos errores como los que conducen tras haber ingerido alcohol.
- ¿Cuáles son esos errores? Entre otros, y según esa investigación, salirse involuntariamente del carril, frenar a destiempo y rebasar la línea del arcén. Una persona con deshidratación, dice el estudio, actúa como un conductor con un nivel de alcohol en sangre de 0,8 g/l.
- Un descenso del 2% de agua en el cuerpo puede causar una disminución momentánea de memoria y un descenso significativo de la atención, segúneste informe del Instituto de Investigación Agua y Salud (IIAS). Este texto recoge también evidencias científicas de que el desequilibrio hídrico aumenta significativamente el tiempo de reacción.
- Otros síntomas comunes de deshidratación son el dolor de cabeza, el cansancio y la pérdida de concentración. ¿A alguien se le ocurre algo más peligroso al volante?
ALGUNAS CONCLUSIONES
Conocido lo anterior, el Real Automóvil Club de España (RACE) y laAsociación de Bebidas Refrescantes colaboran desde hace años en la campaña Un refresco, tu mejor combustible.
En ella hacen hincapié en el descanso porque, a partir de dos horas al volante, el riesgo de accidente aumenta un 12%. Desde ese momento, dejan de percibirse el 30% de las señales y crece el tiempo de reacción en un 86%. Y este es su consejo principal: en las paradas “hay que realizar estiramientos, dar un paseo y beber un refresco”.
Un refresco, dicen, “hidrata y aporta glucosa, mejorando elrendimiento cerebral”. Pero hay expertos que niegan la mayor. “La glucosa mejora el rendimiento cerebral… si te hace falta. Si estás seis días sin comer y bebiendo muy poquito y te ponen un crucigrama delante, lo vas a hacer peor que si estás bien alimentado. Y si a continuación te dan un chute de glucosa, lo vas a resolver mucho mejor. Pero eso no es válido en unas circunstancias normales”, asegura el dietista-nutricionista y biólogo Juan Revenga.
“No necesitamos glucosa para conducir porque, por los habitos alimentarios de nuestra sociedad, ya tenemos glucosa a espuertas. No necesitamos fomentarla”, añade. “De hecho, me parece vergonzosa la relación entre la industria alimentaria y ciertas esferas de la vida para promocionar unos productos que, en nuestras circunstancias, soninsanos”.
En definitiva, no hay razón ninguna para recurrir a las bebidas azucaradas al volante.
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