>Y es que alrededor de la menstruación existen infinidad de mitos que advierten de lo peligroso que puede ser realizar según qué actividades e incluso absurdas teorías sobre lo que se puede hacer o no, debido a que, según se creía desde la antigüedad (y hay quien todavía los cree) la mujer durante los días de periodo irradiaba influjos y toxinas que perjudicaba a las plantas, alimentos e incluso que podían hacer enfermar a los animales de compañía.
Durante muchísimos años las mujeres se han visto privadas de poder realizar cosas tan cotidianas como trasplantar una maceta o regar unas flores ante el temor de que éstas marchitaran. O tal y como cito en el título del post: el hecho de que la mayonesa se corta si se realiza durante los días de menstruación es un mito que todavía hoy sigue muy presente en nuestra sociedad.
No existe ni una sola evidencia científica que asegure que por el solo hecho de estar menstruando se vaya a cortar la mayonesa. Es un mito sin fundamento alguno que lleva arrastrándose durante demasiado tiempo. La mayonesa es una salsa en la que se debe emulsionar dos elementos bien diststintos: el aceite y el huevo. Si batiésemos por un lado un huevo (que es acuoso) y le echásemos un chorro de aceite podríamos comprobar como el segundo ‘flota’ sobre el primero sin llegar a mezclarse (como ocurre cuando intentamos mezclar aceite y agua). Es a través de batir ambos elementos juntos, mientras se va echando el aceite poco a poco y el huevo está a temperatura ambiente, lo que hará que emulsionen perfectamente y den como resultado una riquísima y cremosa mayonesa. Pero hay infinidad de motivos por el que una salsa mayonesa se nos pueda cortar cuando la estamos haciendo (y nada tienen que ver con la menstruación, ya que a mí mismo me ha ocurrido bastantes veces): echar el aceite muy deprisa, que el huevo esté recién sacado de la nevera o todavía esté frío, que la batidora tenga más revoluciones de las que se necesitan para la emulsión, que el recipiente tenga restos de otro líquido o elemento, que no batamos demasiado rápido (si lo hacemos a mano con unas varillas), etc. Infinidad son las posibles causas que provocarían que, a cualquier persona, se le corte una mayonesa. Seguro que entre las lectoras de este post debe haber docenas de ellas que han realizado una mayonesa durante el periodo menstrual y nunca se le ha cortado. Simplemente no debemos hacer caso a este tipo de absurdas creencias.
Pero, evidentemente, esas invenciones y mitos alrededor de la menstruación no han surgido de la nada y hay un origen y un cuándo se originaron. En este caso debemos viajar hacia atrás un par de milenios para encontrarnos los primeros escritos en los que se advertía (sin fundamento alguno) de los peligros que rodeaban a las mujeres que estaban menstruando.
Por ejemplo, en el siglo I d.C., Plinio el Viejo dedicó un capítulo a la menstruación en su‘Naturalis historia’ (concretamente en el Libro XXVIII) en el que indica lo siguiente:
[…] El contacto con el flujo mensual de la mujer amarga el vino nuevo, hace que las cosechas se marchiten, mata los injertos, seca semillas en los jardines, causa que las frutas se caigan de los árboles, opaca la superficie de los espejos, embota el filo del acero y el destello del marfil, mata abejas, enmohece el hierro y el bronce, y causa un terrible mal olor en el ambiente. Los perros que prueban la sangre se vuelven locos, y su mordedura se vuelve venenosa como las de la rabia. El Mar Muerto, espeso por la sal, no puede separarse excepto por un hilo empapado en el venenoso fluido de la sangre menstrual. Un hilo de un vestido infectado es suficiente. El lino, cuando lo toca la mujer mientras lo hierve y lava en agua, se vuelve negro. Tan mágico es el poder de las mujeres durante sus períodos menstruales, que se dice que lluvias de granizo y remolinos son ahuyentados si el fluido menstrual es expuesto al golpe de un rayo […]
… …
Ampliar en: Ya está el listo que todo lo sabe