Según un estudio del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), el 53,6% de los restaurantes culpa a los controles de alcoholemia de que el consumo de vino no crezca, aunque eso no explica el trasvase del vino a la cerveza, que es más barata y que también pita en los controles, o la reducción en cafés e infusiones, que no pitan.
Sin embargo, un 40% sà reconoce que esto tiene que ver con la percepción del precio alto que tienen los clientes, y los márgenes que se cargan a los vinos que, según las encuestas de la OEMV, van desde el 20% hasta un 700 (y no hay error tipográfico). Este planteamiento suicida está hundiendo el 13,5% que representa de media la facturación del vino en la cuenta de un restaurante.
El punto crÃtico del precio del vino en un restaurante está en torno a los 20 euros, que es lo que el consumidor está dispuesto a pagar por una botella, eso si no se da cuenta de que en una tienda ese mismo vino a lo mejor cuesta sólo 6 euros.
Si se sube más el precio, empiezan los problemas, y aparece la imagen tÃpica de tres personas haciendo una comida razonable con una sola botella de vino para los tres, que en estas ocasiones suele quedar corta, mientras el obsequioso camarero se empeña en rellenar la copa, a ver si piden otra botella.
Ampliar información en: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]