El tomate es un cultivo muy importante a nivel mundial, siendo España el octavo productor de tomate del mundo, pero su producción, a menudo, se ve limitada principalmente por el amplio rango de enfermedades que afectan a este cultivo, siendo los infecciones virales las que mayores pérdidas económicas ocasionan.
En 2007, Investigadores del Instituto de Investigación Fitogenética (PRI) de la Universidad de Wageningen (Holanda) identificaron un nuevo virus, Tomato torrado virus (ToTV), como agente causal de la enfermedad del torrado que deja a tomates y plantas inservibles mostrando un aspecto calcinado, de ahí el nombre de «torrado». Este peculiar virus carece de propiedades características presentes en los demás virus que atacan al tomate y es extremadamente agresivo. Además, según el Ministerio de Agricultura ya se está extendiendo por España, habiendo sido detectado en Murcia y Almería, se cree que unas doce hectáreas del sureste podrían estar infectadas.
Quizá, lo más peligroso de este virus sea que se transmite de forma eficiente mediante mosca blanca, lo que favorece su propagación descontrolada.
El problema reside en la proliferación desmesurada de las poblaciones de mosca blanca, tanto de la mosca blanca del tabaco (Bemisia tabasi), como de la mosca blanca de los invernaderos (trialeurodes), que pueden causar daños directos e indirectos. El daño directo es el causado por la mosca cuando expulsa el exceso de savia succionada en forma de melaza y que sirve de soporte a la «negrilla» en hojas y frutos, devaluando así los precios del tomate al no lograrse un buen lavado. Los daños indirectos, tal vez son más importantes, ya que la mosca pica en una hoja que tenga virus del torrado y lo traslada, con el grave inconveniente de que ni siquiera la fruta se puede aprovechar. Se pierde la planta y se pierden los tomates, mientras que con otros virus, como el de la cuchara se pierde la planta, pero al menos los tomates se pueden aprovechar. Además, el calor incrementa la producción de huevos de la mosca en menos tiempo, aumentando el riesgo de infección y, por tanto, de cuantiosas pérdidas económicas.
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