El viernes pasado el cardiólogo Julián Palacios y Julio Basulto desaconsejaban en la sección “Gente Sana” del programa “Gente Despierta” (Radio Nacional de España), los famosos “yogures para el colesterol” (aquí el programa completo). Y, lo que es la vida, me entero hoy mismo de que una recién publicada guía del Ministerio de Sanidad incluye la siguiente recomendación:
“No se recomienda utilizar suplementos de fitosteroles en la prevención de enfermedad cardiovascular”.
La recomendación se clasifica como “fuerte”, es decir, las pruebas científicas son tan sólidas como un corazón de piedra. Repítanlo en voz alta cada vez que vean a “El tricicle” anunciando Danacol.
Pero antes de que lo dijéramos el doctor Palacios y un servidor, e incluso antes de que se pronunciara al respecto el Ministerio de Sanidad, lo dijo Juan Revenga (@Juan_Revenga), como pueden comprobar en su texto titulado “Danacol, Naturcol, Benecol, Pro-activ… leches-col: ¡paren las máquinas!“.
Es más, estamos los que creemos que estos productos no solo no previenen eventos cardiovasculares, sino que comportan una serie de riesgos. Pueden comprobarlo en mi escrito “Riesgos para la salud de los “alimentos funcionales“.
Pero la guía del Ministerio de Sanidad, titulada “Guía de Práctica Clínica sobre el manejo de los lípidos como factor de riesgo cardiovascular”, que encontrarán en este enlace, incluye dos recomendaciones más, también fuertes. Ahí van:
1.- “No se recomienda utilizar suplementos de omega-3 para disminuir la morbimortalidad cardiovascular, ni en prevención primaria ni secundaria”. Para que luego me tachen de exagerado cuando digo cosas como “Los Omega-3 mejoran la salud…económica de sus vendedores.“.
2.-“No se recomienda la utilización de soja en la prevención de enfermedad cardiovascular”.
Incluso hay una tercera recomendación (hay más, claro, aquí solo he querido centrarme en los llamados “Alimentos funcionales”, así como en las plantas medicinales), que es esta:
3.- “No se recomienda la utilización de plantas medicinales para disminuir el riesgo coronario”.
Vamos, que eso de tomar cabezas de ajo para prevenir infartos tiene tanto sentido como ver el fútbol en la tele para ponerse en forma. En este caso la recomendación no es “Fuerte” sino de tipo “A”, es decir, que al menos existe “un metaanálisis, revisión sistemática o ensayo clínico clasificado como 1++ y directamente aplicable a la población diana de la guía; o un volumen de evidencia compuesta por estudios clasificados como 1+ y con gran consistencia entre ellos”. Así pues, estamos ante una recomendación que es muy improbable que cambie con el paso de los años.
Como últimamente escribo tanto, pues resulta que también he hablado (y no precisamente bien) de las plantas medicinales, en concreto en el texto “Plantas medicinales “que arruinarían las farmacéuticas”… ¡venga ya, hombre!“.
Piensen ahora en anuncios que hayan escuchado, leído o visto (en la tele, en youtube o donde sea) en los que hacen propaganda del “Danacol”, de las pastillas de omega-3, de los alimentos enriquecidos con omega-3 o de la soja o sus derivados (en alimentos o en pastillas). ¿Han extraído de dichos anuncios la conclusión de que tales productos son útiles para prevenir enfermedades cardiovasculares? Si es así, no dejen de leer el texto “Si le parece engañoso, entonces le parece ilegal“, del abogado Francisco José Ojuelos (@CriticaProcesal). Tras ello, decidan por ustedes mismos.
Les dejo, porque tengo varias tareas pendientes, entre ellas cumplir una recomendación fuerte de la citada guía: “la realización de actividad física al menos 30 minutos al día”.
Fuente: Julio Basulto