Zumos enriquecidos en diferentes tipos de vitaminas, yogures de todo tipo, productos lácteos con Ácidos grasos omega 3, son claros ejemplos de este tipo de alimentos que no faltan en ninguna superficie comercial.
Son muchos los términos que se han acuñado para nombrar a este nuevo tipo de alimentos (alimentos funcionales, alimentos de diseño, nutraceúticos, farmaalimentos, etc.) aunque existen significativas diferencias entre todos ellos.
Por esta razón, lo primero que debemos aclarar cuál es el verdadero concepto de alimento funcional, entendiendo como tal â»aquel que le confiere al consumidor una determinada propiedad beneficiosa para la salud, independiente de sus propiedades puramente nutritivas» Mal empezamos porque según esta definición todos los alimentos serían funcionales pero no seamos «tiquismiquis» y sigamos.
¿Son los alimentos funcionales consecuencia de las campañas de marketing?
Por supuesto. En los últimos años la publicidad de este tipo de productos es tal que a veces parece que son los únicos que podemos encontrar en los supermercados.
Pero la mejor prueba del éxito de las campañas de marketing en el desarrollo de los alimentos funcionales la tenemos en los productos enriquecidos en los œnuevos Ácidos grasos omega-3.
Mucha gente no sabe que el tçermino «omega», que lo encontramos hasta en la sopa (nunca mejor dicho), se refiere únicamente a una nueva forma de numerar la posición del doble enlace en la cadena alifática del ácido graso. ..En vez de comenzar por un extremo de la cadena comienzo por el contrario, pero el compuesto es el mismo de siempre.
Es como si a mí a partir de hoy me llaman Pepe en vez de Jose y me venden como una nueva persona. Cosa que tampoco estaría mal
¿Son necesarios los alimentos funcionales?
A lo largo de la historia, el hombre se ha alimentado sin la presencia de este tipo de alimentos, por lo que podemos afirmar que no son imprescindibles ya que una dieta variada y equilibrada no los necesitaría.
En los muchos debates que llevo sobre este tema siempre me encuentro con la opinión de los puristas de la nutrición. Son tajantes y en el fondo no les falta la razón: tenemos los suficientes alimentos para que no hagan falta los alimentos funcionales.
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