Científicos en el Reino Unido se están cuestionando si acaso esta rapidez con que se come en la agitada vida moderna está contribuyendo a la epidemia de obesidad que enfrenta el mundo.
Ése es el planteamiento que se está investigando en el «laboratorio de gordura» más avanzado de Europa, una unidad de alta tecnología para investigar la obesidad en el Hospital Universitario de Coventry y la Universidad de Warwick, en Inglaterra.
Los científicos esperan que con su «calorímetro de cuerpo completo», en la Unidad de Investigación Metabólica Humana, obtener un mejor entendimiento de cómo el alimento, el ejercicio, las medicinas y el sueño afectan nuestro peso corporal.
Y uno de los primeros experimentos que llevarán a cabo es sobre la velocidad con que comemos, la forma como esta rapidez cambia el apetito y la tasa con la cual se quema energía.
Una de las doce pacientes que tomarán parte en el estudio es Helga Perry, quien pasará tres días en el laboratorio, en una cámara hermética capaz de llevar a cabo cálculos muy precisos de la cantidad de energía que está quemando.
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