Simon Coveney, ministro de Agricultura de Irlanda, ha anunciado que una investigación de su departamento junto a la Autoridad para la Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI) ha mostrado que algunas de las materias primas utilizadas en las instalaciones de ABP en Silvercrest para hacer hamburguesas de vacuno tenían «niveles significativos» de ADN de caballo procedente de Polonia.
La realización de una serie de pruebas adicionales mostraron la presencia de un 20% de ADN de carne equina dentro de las materias primas para la elaboración de carne picada, procedentes de Polonia.
Este producto estaba elaborado con recortes de bajo valor y procedía de varios mataderos, habiendo sido importado congelado. Desde las autoridades polacas ya se ha puesto en marcha una investigación para determinar el origen de la carne de caballo comercializada como si fuera de vacuno.
El ministro también quiso recordar que no se había encontrado carne de caballo en ninguna de las muestras de origen irlandés analizadas.
Fuente: eurocarnedigital