Si tienes en casa un par de cuchillos que ya no cortan como antes, puedes acudir a este práctico y sencillo truco para volver a tener tus cuchillos afilados sin necesidad de acudir a un afilador o cambiar los cuchillos por otros nuevos.
Solo necesitas una taza de cerámica, de esas que todos tenemos en casa para desayunar o merendar.
Lo que tienes que hacer es colocar la taza boca abajo, sujetarla bien y con el borde de la base de la taza, que no tiene ni pintura ni esmalte, comienza a afilar el cuchillo, pasando varias veces el filo por ambos lados. Luego simplemente limpia el cuchillo con una servilleta de papel, y… ¡listo para utilizarse!
Fuente: TODOS LOS COMO