Desde el pasado 6 de julio todos los tiburones capturados en aguas europeas o por barcos europeos en aguas internacionales deberán ser desembarcados con las aletas adheridas, de otro modo estarán contraviniendo la decisión adoptada a finales de año por el Parlamento Europeo sobre los permisos especiales de cercenamiento con los que contaba hasta ahora la flota.
La entrada en vigor del mandato ha sido “celebrada” por la ONG Oceana a través de un comunicado de prensa; celebrada porque considera esta nueva norma como “más estricta que la anterior”, que “pone fin a casi una década de batalla para acabar con las lagunas legales de la anterior legislación”.
“La UE captura más tiburones que ningún país del mundo, y desempeña un papel clave en los organismos regionales de pesca, donde se reconoce que el finning continúa siendo un problema.
“Tras diez años arrastrando las imperfecciones de la anterior prohibición, la UE puede hacer ahora un esfuerzo serio para afrontar este problema en el plano internacional”.
Fuente: ClubDarwin.NET