Según informó al parlamento belga el Ministro de Justicia, Stefaan De Clerck, sus vecinos holandeses están dispuestos a asistirlos. Después de todo Holanda espera cerrar ocho prisiones por falta de reclusos.
En principio, las partes han pactado transferir a 500 detenidos belgas a la prisión de la ciudad de Tilburg, situada en el sur de Holanda, cerca de la frontera con Bélgica.
La cárcel de Tilburg, actualmente con 681 presos, sería desalojada, y la dirección pasaría a manos de Bélgica, pero los empleados seguirían siendo holandeses.
En principio, los presos llegarían en 2010 y, por lo menos el contrato de renta duraría hasta 2012. «Sólo nos queda trabajar en los detalles», reconoció Nebahat Albayrak, secretaria de Estado para Justicia de los Países Bajos.
En entrevista con BBC Mundo, Brice De Ruyver, profesor del Instituto de Investigación Internacional sobre Política Criminal de la Universidad de Gante, asegura que la iniciativa es una clara señal de desesperación del gobierno belga.
«Nuestro ministro de Justicia está desesperado porque nos estamos enfrentando a una situación en la que por falta de espacio en las prisiones las sentencias menores a los tres años de cárcel ya no se están cumpliendo en su totalidad», explica.
«Estamos corriendo el riesgo de dejar en libertad a personas con potencialidad de cometer nuevos delitos y el ministro bien sabe que, de registrarse un caso de reincidencia de impacto, el costo político a pagar será muy elevado», agrega.
El catedrático afirma que en la actualidad no existe el marco jurídico que facilite la transferencia de presos belgas a cárceles holandesas, y aun firmando un nuevo tratado, surgirán otros obstáculos legales relacionados con los derechos de los presos y de los mismos custodios.
Además, precisa que la comunidad penitenciaria se opone, ya que se protegerán empleos en Holanda a expensas de los belgas.
Bélgica ha venido aplazando la reforma de su sistema penitenciario desde hace un par de décadas, de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Criminología y Criminalística.
No sólo registra una saturación de sus prisiones -hay 10.300 detenidos cuando la capacidad máxima es de 8.500- sino que la mayoría de sus cárceles son de principios del siglo pasado y no cumplen con las exigencias de seguridad.
El gobierno belga ha anunciado la construcción de nuevas prisiones, aunque no se espera que sean operativas hasta 2013. Además de la iniciativa de alquilar la prisión de Tilburg, Bélgica evalúa la compra o renta a Holanda de un barco prisión con capacidad para 700 reclusos y que podría anclarse en algún puerto belga.
También se habla de ampliar el sistema de vigilancia con pulsera electrónica al tobillo, que actualmente se aplica a unos 1.000 condenados.
«Lo ideal sería apoyar programas que permitan que los sentenciados cumplan su condena en su país de origen, porque el 44% de los reclusos son extranjeros; es decir, estamos pagando por una delincuencia importada», apunta De Ruyver.
La gota que derramó la paciencia del Ministerio de Justicia fue la decisión de un juez de poner en libertad a un ladrón de vehículos atrapado in fraganti.
«En las prisiones belgas no hay más lugar», concluyó el juez Walter De Smedt al dar por anulado un castigo que eventualmente se condena con dos años y medio de prisión.
«No necesito que se me explique el problema en las prisiones», declaró en su momento el ministro de Justicia, Stefaan De Clerck.
«Ningún juez puede dejar libre a nadie que manifiesta culpabilidad», subrayó.
Fuente: BBC MUNDO
Un sujeto de 30 años fue arrestado en la ciudad de Yekaterinburgo, en la región de los Urales en Rusia central. Se ha declarado culpable del homicidio de un hombre a quien introdujo en su garage después de engañarlo con un anuncio clasificado en internet donde ofrecía partes de computadoras.
Tras inmovilizar a su víctima, lo puso en el auto y lo rodeó con un cable eléctrico conectado a un transformador. Luego lo electrocutó, llevó el cuerpo a las afueras de la ciudad y lo quemó en una fogata que alimentó con neumáticos usados.
A pesar de que el asesinato fue cometido en presencia de un amigo del homicida, el caso fue resuelto sólo después de que la policía identificó el cuerpo parcialmente calcinado. Cuando el criminal fue detenido, inmediatamente se confesó culpable y dijo a los investigadores que aceptaría otros asesinatos si descubrían más cuerpos (¡?).
Las autoridades rusas piensan que entre el 2008 y el 2009 el asesino mató al menos a 5, que es el número de personas desaparecidas en la región que abandonaron sus hogares diciendo que iban a comprar partes de computadoras.
La policía halló una pequeña planta eléctrica en el garage controlada por una computadora. El detenido dijo que diseñó el aparato para matar a la gente que pasara en sus autos frente a su casa. Una parte del artefacto detendría el motor mientras la otra se encargaría del conductor.
Mientras se encontraba en el centro de detención, dijo además que tenía intenciones de construir un instrumento para borrar la memoria de las personas con un rayo electromagnético.
Sólo falta que comience a hablar de hombrecitos verdes, viajes en el tiempo y mensajes satánicos. Por lo pronto, se trata de uno más de los muchos asesinos en serie que tienen (o fingen tener) una enfermedad psicótica.
Autor: Andrés Borbón
Fuente: Tecnoculto
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– Es hora de que la ciencia se pronuncie en contra de las supersticiones
El asesinato a balazos de una abogada, embarazada de ocho meses, a manos de dos sicarios de 14 y 19 años, el miércoles en Medellín, ha reabierto el debate sobre los beneficios judiciales de los que gozan los menores de edad en Colombia y su utilización por parte de organizaciones del narcotráfico para realizar sus crímenes. ¿Está cumpliendo el Estado con su responsabilidad de proteger los derechos de niños y jóvenes? ¿Les da la atención requerida cuando éstos comenten delitos menores? ¿Se deben corregir estos errores para frenar el aumento de crímenes cometidos por ellos o, al contrario, el camino es endurecer la legislación penal que los cobija, que para muchos es muy laxa?
La polémica no es nueva, pero ha revivido tras el asesinato el miércoles de Julieth Patricia Mejía, de 28 años, embarazada. Los dos sicarios que dispararon a sangre fría, a plena luz del día, tenían 19 y 14 años. El bebé sobrevivió. Los médicos pudieron salvarle y permanece en una incubadora. Los dos asesinos fueron capturados tras salir tranquilamente del despacho donde acababan de cometer el salvaje crimen. El primero, para evadir la justicia, aseguró tener 16 años; el segundo, 11. Tras las primeras investigaciones, la policía lo desmintió. El mayor, de 19 años, responderá ante la justicia ordinaria; el de 14 años, según la Ley de Infancia implantada hace tres años, irá a una institución especial de reeducación. A esta edad se inicia la responsabilidad penal pero no hay castigo de cárcel.
Según ha trascendido, los dos jóvenes habían pasado por programas de atención al menor y a delincuentes, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por droga, robo y lesiones personales. «Esto revela que no se está cumpliendo con lo que la ley establece en relación con la atención a estos jóvenes y con los programas que se necesitan para alejarlos de la posibilidad de seguir delinquiendo», dijo Jesús María Ramírez, secretario de Gobierno de Medellín.
No es el primero que lo afirma. Según varios estudios, no se ha asignado el presupuesto necesario para que la nueva Ley de Infancia se respete en su totalidad.
En Medellín, en pleno apogeo del narcotráfico, se hicieron tristemente famosos los sicarios de apenas 13 y 15 años, que por sumas irrisorias de dinero apretaban el gatillo. Un joven de apenas 14 años asesinó al candidato presidencial de izquierda Bernardo Jaramillo en los años noventa. Este año han matado por dinero cuatro muchachos de 17 años, uno de 16 y otro de 15. Uno de ellos entró como si nada a un hospital y remató a un paciente que había llegado herido.
En Cali, la tercera ciudad colombiana más importante, en 2008, en uno de cada cinco homicidios ha participado un menor de 18 años. Este año, en Bogotá, 19 jóvenes han sido detenidos por crímenes.
Elvira Forero, directora del ICBF aseguró que detrás de un 17% de los delitos que se comenten en el país hay un menor de edad. Para ella deben endurecerse las penas para castigar a los adultos que están detrás de estos pequeños delincuentes.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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En el escenario del crimen, donde yace el cadáver, ellos ven un ‘puzzle’. El ‘puzzle’ blanco. Un rompecabezas de piezas inconexas, de aristas y formas imprecisas, que no suelen encajar a simple vista. Hay que estudiarlas, limarlas, trabajarlas. Hasta que las incógnitas se conviertan en respuestas. La Policía Científica, algo así como el CSI español, tiene la misión de descifrar el misterio que rodea a un cadáver hallado en extrañas circunstancias. Quién es, cómo ha muerto y por qué. Y si es un crimen, quién es el autor.
La investigación comienza siempre con la identificación de la víctima. Son los cimientos del caso y, por extensión, uno de los principales caballos de batalla para los agentes. Un trabajo que a veces termina con buscar el DNI en la cartera del fallecido, pero que en otras ocasiones se complica por la ausencia total de pistas sobre su identidad. Es entonces cuando empieza el trabajo de laboratorio.
En un año negro en cuanto a muertes violentas en Málaga -se han producido 13 homicidios en la provincia, el último el pasado miércoles en la calle Pacífico-, la labor de estos agentes cobra especial protagonismo. SUR se adentra en este mundo de la mano del jefe de la Brigada de Policía Científica en Málaga, el inspector jefe José Vicente Leal, quien lanza una advertencia justo en el punto de partida de la investigación. «Cada caso es diferente», avisa el especialista, «se puede hablar de metodologías, pero todo dependerá del estado en que se encuentre el cuerpo o los datos que tengamos a nuestro alcance».
El primer lugar donde miran los policías para averiguar quién es el fallecido no es el rostro, sino las manos. La necrorreseña (toma de huellas dactilares al cadáver) es el primer peldaño, y a veces el último, en la identificación de un cuerpo. «Es el primer método que se usa, ya que es el más rápido, el más sencillo y lo consideramos totalmente fiable. Lo cierto es que con esta prueba logramos averiguar la identidad de la mayoría de los muertos», aclara.
Si el caso está meridianamente esclarecido -se maneja una identidad probable y la causa de la muerte- sólo se toman las huellas de los dedos índices para cotejarlas con la base de datos de la Policía Nacional, donde se incorporan las impresiones dactilares de los ciudadanos al expedirles el DNI.
Por el contrario, cuando se trata de una muerte violenta y aún hay demasiadas incógnitas por despejar, los agentes de la Científica recaban las huellas de los diez dedos del fallecido y, a veces, también las de las palmas de las manos. «Esto se hace para descartar las huellas de la víctima en el escenario del crimen», añade Leal. Algo parecido ocurre en los asaltos a viviendas, donde siempre se recogen las impresiones digitales de los moradores. Es lo que policialmente se conoce como ‘cotejo de inocentes’.
Pero hay casos en los que la necrorreseña no es precisamente una tarea fácil. «Es muy difícil tomar las huellas en cadáveres que se encuentran en avanzado estado de descomposición (momificados o esqueletizados) o que han sido hallados en el mar (su nombre científico es saponificados)», explica el jefe de la Policía Científica malagueña.
En el primero de los supuestos, los investigadores realizan en el laboratorio un tratamiento químico en los dedos de las víctimas para recuperar el dibujo dactilar y así llegar a su identificación. Si se trata de un cuerpo carbonizado o electrocutado, los agentes se limitan a limpiar con sumo cuidado la falange y rehidratar la epidermis.
Sin embargo, cuando el cadáver se halla momificado, el tratamiento, que también se realiza en el laboratorio, es mucho más complejo. «Se denomina regeneración de pulpejos, que consiste en recuperar los tejidos de los dedos para conseguir la huella digital del difunto», detalla José Vicente Leal.
En los cadáveres de ahogados, el problema radica en que la piel está muy deteriorada y no se puede recoger la impresión dactilar. El sistema empleado por la policía en estos casos requiere, además de conocimientos científicos, una gran destreza por parte de los agentes para obtener lo que en el argot se denomina ‘guantelete’. «Consiste en extraer la epidermis en forma de dedal para colocártela en el dedo y así tomar la huella», cuenta Leal.
Los avances en investigación forense han desbancado a las tintas, que han dejado de utilizarse para conseguir la impresión dactilar. «Ahora empleamos un reactivo, una especie de polvo muy fino que se esparce sobre la yema del dedo, y luego colocamos sobre él unas etiquetas adhesivas que se pegan con acetato para obtener el dibujo», apunta el agente.
Aunque la necrorreseña es la técnica a la que recurren con más frecuencia, las pruebas odontológicas, radiológicas y de ADN también se consideran métodos fiables para confirmar una identidad, aunque suelen ser complejos. «El estudio de las dentaduras es laborioso, porque tenemos 32 dientes y cada uno de ellos tiene cinco caras, lo que ofrece un montón de combinaciones posibles», detalla el inspector jefe, que atesora veinte años de experiencia en la Policía Científica.
Los otros dos métodos -radiológico y ADN- dependen siempre de caso que se esté investigando, ya que si la víctima no tiene ninguna prótesis ni ha sido operada, no hay hilo del que tirar. Y si no se ha localizado a un familiar, tampoco hay manera de contrastar su código genético, salvo que el fallecido sea un delincuente fichado por ADN.
Las pesquisas que llevan a la identificación de una víctima son variadas. A veces, los agentes logran aproximarse a la identidad del muerto mediante la recogida de datos físicos y de vida. Es lo que se conoce como estudios complementarios. Sin embargo, se consideran identificaciones provisionales. La confirmación sólo puede producirse por el camino de la ciencia.
Fuente: SUR.es
Enlace relacionado: Apuntes Investigación Criminológica
Victoria Kent Siano nació en Málaga el 6 de marzo de 1892.
– Construcción de cárceles nuevas.
– Construcción de cárceles para mujeres en Las Ventas, prescindiendo de las monjas que las explotaba y creando la sección femenina del Cuerpo de Auxiliares de Prisiones.
– Sustituyó las celdas de castigo por las de aislamiento.
– Se liberaron a las personas mayores de 70 años siempre que jurasen que iban a llevar una vida digna.
– Se decidió que los reclusos que tuvieran buen comportamiento podían salir dos o tres días para ver a sus familiares bajo juramento de regresar.
– Fue la creadora del famoso «vis a vis» para evitar la relaciones homosexuales de los reclusos.
Fuente: www.erroreshistoricos.com
Esta pareja de asesinos seriales sádicos, se piensa, mataron entre 11 y 25 personas y filmaron y fotografiaron muchos de sus homicidios.
En 1985, un tendero de california llamó a la policía porque un asiático había escondido una herramienta de las que vendía en su tienda bajo su abrigo. Cuando llegó la policía, el asiático se había ido, pero ahí estaba un hombre con barba, quien le dijo al oficial que ya había pagado por lo que su amigo había tomado, así que no había delito qué perseguir. El oficial, sin embargo, hizo algunas comprobaciones y encontró que el vehículo del hombre era robado y que, además, había un arma en el interior. Poco después, el hombre barbado fue arrestado y en la comisaría dijo que se llamaba Leonard Lake y que su amigo era Charles Chitat Ng, que él (Lake) era un fugitivo buscado por el FBI. Pidio de favor que le quitaran las esposas, que le llevaran un vaso con agua, papel y lápiz para escribir una nota a su esposa. Lo complacieron y, poco después, vieron cómo sacaba algo de su camisa, se lo echaba a la boca y, en pocos minutos, estaba convulsionando. Había tomado dos tabletas de cianuro que terminaron matándolo.
Poco después, contactaron a la ex esposa de Lake quien llevó a la policía a una cabaña en el bosque. En la inspección preliminar, encontraron manchas de sangre por todas partes: En la pared, en un colchón, en diversos artículos de lencería y algunos agujeros de bala en las paredes y en el piso.
Unos meses después del matrimonio de los Lake, Charles Ng llegó a vivir con ellos. La mujer dijo que se llevaban bien, ya que ambos habían sido marines (Ng aún lo era). A partir de entonces, dijo la mujer, las cosas comenzaron a cambiar y, tras una desaparición de varios meses, Ng, llegó con una camioneta y llevaba algo en ella. Poco después, tanto Lake como Ng fueron arrestados por el robo de armas del ejército y Lake fue liberado bajo fianza, pero Ng fue arrestado ya que se le iba a juzgar en el ejército por el delito. Fue entonces que los Lake se separaron, ya que ella no quiso huir con él a la cabaña y él se fue a vivir solo al lugar. Cerca de la cabaña fue construido un bunker de concreto. Cuando la policía investigó el bunker, hallaron una especie de taller con herramientas cubiertas de sangre y una puerta secreta que llevaba a otra habitación con una cama, una mesa y un letrero que decía “Operación Miranda”. También había ropas y equipamiento militar que incluía armas de alto calibre. Entre otras cosas halladas en el bunker, encontraron un detallado diario escrito por Lake donde narraba la forma en que elegían, capturaban, torturaban y asesinaban a sus víctimas.
Lake era miembro de una secta que creía que el mundo iba a terminar después de una tercera guerra mundial, y tenía la idea de crear cadenas de bunkers con esclavas sexuales para repoblar la tierra.
Poco después, descubrieron una tercera habitación, sumamente reducida y que tenía todas las características de una celda, que contaba incluso con un cristal de dos vistas donde los captores podían ver a la víctima a toda hora. Encontraron también un video donde Lake y Ng torturaban a una chica, la violaban y la obligaban a realizar un streaptease.
La búsqueda prosiguió y hallaron cerca de 12 cadáveres y cientos de fragmentos de hueso, algunos severamente calcinados ya que en las cercanías del bunker había un incinerador bastante potente, lo que hizo creer a la policía que muchos de los cuerpos fueron convertidos en cenizas.
Charles Ng, mientras tanto, seguía desaparecido. Era hijo de un acaudalado hombre de negocios en Hong Kong, pero fracasaba constantemente en la escuela o se metía en problemas por delitos menores, por lo que era expulsado. Su padre lo envió a estudiar a Inglaterra, pero pronto fue expulsado y terminó en los Estados Unidos donde, dando un lugar de nacimiento falso, se enlistó en las fuerzas armadas (Marine Corps) de donde no salió muy bien librado tras el robo de armas antes mencionado. No se sabe cómo conoció a Lake, pero poco después de encontrarse por primera vez se fue a vivir a la casa de este último.
Tiempo después, Ng fue apresado en Canadá cuando intentó robar unos comestibles en una tienda, pero las autoridades canadienses se negaron a enviarlo a los Estados Unidos porque, habiendo abolido la pena de muerte, ninguna persona acusada de un crimen capital podía ser extraditada para ser juzgada, si existía la posibilidad de que la sentencia condenatoria fuera de muerte.
Finalmente, tras seis años de batallas legales, Ng fue extraditado, pero sus abogados usaron todos y cada uno de los trucos posibles para posponer el juicio, el cual finalmente comenzó en 1998. Se piensa que los gastos del procedimiento judicial han sido los más altos en la historia del derecho mundial, superando incluso a lo gastado en el caso de OJ Simpson. Al final del juicio, Ng fue encontrado culpable del asesinato de seis hombres, tres mujeres y dos niños y condenado a muerte.
Actualmente, los abogados de Ng están apelando la sentencia, lo cual podría llevar otros seis años de batallas legales antes de que se ejecute la sentencia.
Fuente: Tecnoculto
Bajo licencia Creative Commons
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) aseguró hoy que a lo largo de 2008 se registraron al menos 1.610 violaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) en Colombia, perpetradas por «todas las partes» en el marco del conflicto interno de este país. Entre estas violaciones se produjeron al menos 300 casos de ejecuciones sumarias, 289 desapariciones, más de 370 malos tratos y psicológicos y 76 secuestros de civiles, precisó la organización, que informó también de que el año pasado debió incrementar en más de un 10 por ciento la asistencia de emergencia a la población desplazada.
«Las infracciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) fueron cometidas por todas las partes, tanto las fuerzas del Estado como los distintos grupos armados», declaró el coordinador del CICR en Colombia, Yves Heller, durante la presentación en Madrid del Informe de Actividad del Comité en el conflicto colombiano.
Durante 2008, explicó, el CICR documentó 300 casos de ejecuciones sumarias, asistió a casi 1.500 personas amenazadas para que se trasladaran a un lugar más seguro y cubrió los gastos fúnebres de numerosas familias de víctimas de la violencia. Estas informaciones, prosiguió, son el resultado de las visitas sobre el terreno que efectúa el CICR para recoger testimonios, «entrar en contacto con todos los actores del conflicto armado» y mantener «contactos bastante estrechos con la población civil».
Mediante estos procedimientos, el Comité recogió también testimonios sobre al menos 289 desapareciones registradas el año pasado, que se unen a los más de 4.730 documentados por el CICR desde 1994. «Estas cifras no son exhaustivas», advirtió Heller. «Fuentes oficiales y de la sociedad civil hablan de entre 10.000 y 40.000 desaparecidos desde que comenzó el conflicto hace más de 40 años», agregó.
Aparte, el CICR también documentó el año pasado 35 casos de infracciones cometidas en contra de las misiones médicas, como amenazas individuales, privación de libertad del personal de salud, obstrucciones a la atención médica de heridos y ataques directos a unidades médicas o personal de salud.
La organización también registró el año pasado hasta 118 «ocupaciones de bienes civiles». «Las partes en conflicto ocupan bienes civiles para controlar mejor el territorio o para tener ventajas militares, lo cual supone una grave infracción del DIH», denunció. «Las ocupaciones de escuelas son bastante comunes», añadió.
SECUESTROS Y EMBLEMA DE CRUZ ROJA
En 2008, según el informe, el CICR participó en la liberación de 29 civiles y dos militares secuestrados por los distintos grupos guerrilleros, quienes fueron entregados a sus familiares y a las autoridades. Entre las 1.600 infracciones al DIH registradas el año pasado, explicó Heller, el Comité documentó al menos 76 casos de tomas de rehenes civiles por parte de los grupos armados.
Al respecto, Heller advirtió de que, para poder realizar sus labores, tanto de mediación para la liberación de rehenes como de recogida de informaciones sobre el terreno, el CICR debe contar con plenas garantías de seguridad de todas las partes, para lo cual es «importante que se respete totalmente el emblema de la Cruz Roja».
Por ello, lamentó profundamente la utilización de los distintivos de la organización por parte del Ejército colombiano durante la ‘Operación Jaque’ de julio de 2008, que permitió la liberación de Ingrid Betancourt y de otros rehenes en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El uso del emblema fue reconocido por el propio presidente del país, Álvaro Uribe, quien «presentó sus excusas», recordó Heller. «El CICR tomó nota de las excusas, pero sigue muy preocupado por el uso indebido del emblema en la ‘Operación Jaque'», manifestó.
DESPLAZADOS
Durante la presentación del informe, Yves Heller dedicó un capítulo especial a la situación de los desplazados, cuyas cifras totales se desconocen pero oscilan, según las fuentes, entre los 2,5 y los cuatro millones.
En los últimos once años, el Comité ha asistido a más de 1,2 millones de desplazados por el conflicto armado. Sólo en 2008, según el informe, el CICR brindó ayuda de emergencia a más de 73.000 civiles (unas 18.000 familias), un 10,6 por ciento más que en el año anterior. El 80 por ciento de las personas atendidas el año pasado corresponde a casos de desplazamientos individuales, provocados en su mayoría por amenazas de muerte, malos tratos psicológicos o temor al reclutamiento forzoso.
Este aspecto supone una diferencia respecto a hace unos diez años. Por entonces, explicó Heller, la mayoría de los desplazamientos eran masivos, de poblaciones enteras, mientras que en la actualidad predominan los desplazados individuales que, precisamente por esa circunstancia, suelen tener «más dificultades para lograr la asistencia de las organizaciones humanitarias».
Un alto porcentaje de los desplazados de los últimos tiempos corresponden a campesinos del oeste de Colombia, de departamentos como Cauca, Arauca, Nariño –con importante presencia de población indígena– o Chocó –donde la inmensa mayoría de la población (más del 90 por ciento) es afrocolombiana–. Como consecuencia de ello, el 14,6 por ciento de los desplazados de todo el país son afrocolombianos, cuando apenas constituyen el 10 por ciento de la población total, y el ocho por ciento de los desplazados son indígenas, pese a no representar más del tres por ciento de la población colombiana.
Asimismo, más de la mitad de los desplazados son menores de 18 años. «Son niños, con las consecuencias que se pueden esperar para el desarrollo económico y social del país», afirmó Heller. Aparte, advirtió, «se calcula que, por motivos de seguridad, más del 70 por ciento de los desplazados no pueden volver nunca a sus casas», con lo que pasan de ser campesinos con tierras propias para ganarse la vida por sí mismos a pobres necesitados de la ayuda humanitaria en las ciudades, advirtió. «Los desplazados son el grupo de población más pobre de Colombia», explicó.
Fuente: EuropaPress
Ese es uno de los datos más reveladores de un estudio que divulgó sobre la eficacia del nuevo sistema Penal Acusatorio y que tiene varias alarmas encendidas en Gobierno, Fiscalía y Judicatura.
La cifra sale de sumar los 62.737 homicidios que hubo en el país desde el primero de enero del 2005 hasta mayo del 2008 y confrontarla con los 1.699 casos que terminaron con condenas en el mismo lapso.
La investigación, que fue realizada por dos académicos que se basaron en cifras de la Fiscalía, es hasta ahora el estudio más amplio sobre el nuevo modelo penal en el país.
Aunque la discusión por la validez de sus resultados es fuerte, parece haber consenso en que cuatro años después del arranque del nuevo sistema llegó la hora de hacer ajustes importantes.
El balance es crítico y, de hecho, no es compartido por el Consejo Superior de la Judicatura: «Los cambios de naturaleza procesal poco inciden en la reducción de la criminalidad y de la impunidad -dice el informe de la Unión Europea-(…) La impunidad antes del sistema procesal actual giraba en torno al 95 por ciento; ahora lo hace alrededor del 97 por ciento».
En los primeros tres años del sistema oral hubo 1,4 millones de ‘noticias criminales’. Pero en 612 mil casos no hubo mayores avances y otros 252 mil apenas están en etapa previa; es decir, no hay una investigación formal contra nadie.
Uno de los frentes urgentes es el de los capturados en flagrancia (cometiendo un delito), pues de cada diez casos solo tres terminan en una condena que, se supone, debía estar asegurada.
El mismo presidente Álvaro Uribe ha mencionado en las últimas semanas su preocupación por el problema. El mandatario hizo referencia a dos decisiones de jueces de garantías de Córdoba que dejaron en libertad a 10 personas que, según la Policía, estaban en bandas criminales.
El primer caso ocurrió el pasado 20 de febrero, cuando fueron capturados cinco hombres que tenían en su poder dos fusiles AK-47, un revólver y una pistola calibre nueve milímetros. A uno de ellos le descubrieron cuatro fotografías de las que se supone iban a ser sus víctimas en lo que probablemente sería un nuevo episodio de la guerra entre ‘don Mario’ y ‘Los Paisas’. La captura se cayó porque el juez consideró que fue ilegal.
«Es claro que el sistema debe respetar las garantías, pero no se puede caer en que el exceso de garantismo termine rayando en la impunidad», dice el viceministro de Justicia, Miguel Ceballos.
La historia se repitió tres semanas después en San Bernardo del Viento, donde cinco hombres fueron capturados. Cuando la Policía llegó hasta el sitio, encontró dos pistolas y 97 paquetes de a kilo que contenían una sustancia blanca. Era coca, pero todos quedaron libres por supuestos errores de procedimiento.
Noticia completa en: ELTIEMPO.COM (Colombia)
Pedro Oliver Olmo es profesor de Historia en la Facultad de Letras de Ciudad Real y ha presentado hace poco su nuevo estudio, La pena de muerte en España.
El diario digital miciudadreal.es publica una entrevista, de la que se citan algunos fragmentos:
— Supongo que el Franquismo tendrá un protagonismo especial en esta historia oscura de la pena de muerte, pero ¿qué otros episodios negativos hay?
— Lo peor de todo es comprobar que España llevaba un camino parecido al resto de países, es decir, dentro de un proceso de civilización penal, y que en 1936 sufrió una auténtica ruptura civilizatoria, cuando la pena de muerte se convirtió en una arma de guerra y de exterminio del contrario. Con todo, aún fue peor comprobar que los vencedores de la Guerra Civil continuaron utilizando la pena de muerte de manera abultadísima, ejecutando a unos 50.000 españoles, sobre todo entre 1939 y 1943.
— A la hora de aplicar la pena de muerte, ¿había motivos más allá de los políticos? ¿Religiosos, por ejemplo?
— La pena de muerte, excepto durante la guerra civil y el franquismo, que sí se hace mayoritariamente por motivos políticos, solía dictarse para castigar asesinatos alevosos, parricidios premeditados, dobles homicidios, etc.
— ¿Qué cara debemos poner los ciudadanos con lo que refleja este libro?
— Cara de esperanza: la información histórica sirve para que veamos el valor del abolicionismo de cara al futuro.
— ¿Y los gobernantes? ¿Debería agachar la cabeza más de uno?
— Gobernantes no exactamente, pero sí políticos que ya lo eran en el Franquismo, sobre todo Fraga, porque estuvo en los consejos de ministros que dieron el visto bueno de la pena de muerte dictada contra algunos opositores políticos, por ejemplo, la ejecución en 1963 del dirigente del PCE Julián Grimau, un auténtico asesinato de Estado.
— La pena de muerte sigue instaurada en varios países. ¿Vamos para alante o para atrás?
— En lo que se refiere a la pena de muerte creo que vamos avanzando hacia el abolicionismo, pero me temo que estamos entrando en una era un tanto oscura de la política penal, un período en el que van a implementarse las políticas excepcionales, o sea, las que pasan por alto el garantismo penal y optan por medidas de emergencia, para hacer frente a la alarma social causada por crímenes especialmente aberrantes, lo que se traduce en peticiones (y cuasi-concesiones) de cadenas perpetuas, más castigo, más control y menos garantías, menos políticas de reinserción. En definitiva, estamos en una época regresiva.
— ¿De qué es reflejo que una sociedad acepte la pena de muerte?
— De que no prima la idea de justicia, sino la de venganza. Estoy seguro de que en esos países, además, las prisiones son auténticos espacios de violencia institucional.
— Usted es profesor de Historia contemporánea y a diario tienes contacto con los alumnos. Seguro que ha hablado con ellos alguna vez de la pena de muerte. ¿Se ha llevado algún susto a la hora de oírles opinar?
— No me asusté cuando varios días después del 11-M hice una encuesta entre ellos y la mayoría dijo que apoyaría la pena de muerte contra los terroristas. Sabía que iba a pasar. El apoyo a la pena de muerte expresa lo peor que llevamos dentro, y el terrorismo tiene esa capacidad: nos hace sacar lo peor de nosotros.Pero, en general, los alumnos no apoyan la pena de muerte en ningún supuesto.
Entrevista completa en: miciudadreal.es
¿Se arrepienten los terroristas de sus actos? Mi natural escepticismo se dispara cada vez que uno de estos fanáticos con abundantes delitos de sangre a sus espaldas anuncia que está arrepentido. No es porque crea que a individuos capaces de cometer acciones tan repulsivas nunca les puede llegar la sensatez y apreciar que lo que han hecho es deleznable, sino porque, por lo general, a estos campeones del disparo en la nuca el arrepentimiento les suele sobrevenir cuando ya se encuentran en prisión.
Lo cierto es que hay casos para todos los gustos, como el del francés Jon Parot, hermano del irreductible Henri Parot, con el que formó parte del comando Argala o Itinerante, que ostenta el triste récord de ser el más sanguinario de ETA. Jon dejó la actividad terrorista con el permiso de la banda antes de ser detenido y para redimir sus culpas ingresó en una orden religiosa en un convento en el sur de Francia.
Sin embargo, el más célebre es el del etarra Juan Manuel Soares Gamboa. Este ex miembro del comando Madrid, con 29 asesinatos a sus espaldas, estaba confinado en la República Dominicana y en aquel momento fuera del alcance de la justicia española. En 1995, decidió renunciar a la violencia y pidió ser entregado a España donde colaboró con los jueces, asumiendo sus propios crímenes, denunciando a sus compañeros y descubriendo delitos que la policía ni siquiera sabía que se habían cometido.Fue condenado a más de 2.000 años de prisión, pero su retractación fue real y en 2003 la Audiencia Nacional le concedió el tercer grado, por lo que sólo tiene que dormir de lunes a viernes en la cárcel.
Estos casos son las excepciones, porque la mayoría de las contriciones sobrevenidas se producen cuando estos supuestos luchadores por la libertad ya están entre rejas y en muchos casos, cuando han sido expulsados de la banda por críticas a la dirección.
Ahora le ha tocado el turno a Fernando Silva Sande, un histórico que fue jefe militar de los GRAPO y responsable del comando que tuvo secuestrado en Francia al empresario aragonés Publio Cordón, en 1995. Silva, que ya estuvo en la cárcel en los ochenta y que cuando cumplió su condena volvió a la clandestinidad y a la lucha armada, parece buscar una salida personal a los innumerables años de prisión que se le aparecen en su horizonte personal. Detenido en París en 2000, está condenado a más de 150 años por su implicación en más de diez asesinatos y todavía tiene causas pendientes de juicio, pero, expulsado de los GRAPO, parece creer que un eventual alivio de su conciencia aceleraría su excarcelación.
Sin embargo, no se comporta como un arrepentido, porque en los juicios no sólo no ha reconocido lo que hizo, sino que lo ha negado. Ha admitido que fue militante de base, pero no que fue jefe del comando central de los GRAPO, es decir, responsable operativo de los comandos. Tampoco ha confesado su participación en atentados o el haber ordenado en 1990 el asesinato del doctor José Ramón Muñoz, jefe del equipo médico que trataba a los presos de la banda que por entonces estaban en huelga de hambre. Ha cambiado varias veces de abogado, pero su última jugada consiste en la supuesta revelación del paradero de Cordón, sobre el que durante años mantuvo que le liberó en Barcelona, en las inmediaciones del estadio de Sarriá, tras el pago de 400 millones de pesetas (2,4 millones de euros).
No es la única versión que ha ofrecido. A su letrado le dijo que nunca había visto al empresario. Ahora, para materializar su arrepentimiento, ha contado a la Guardia Civil, que le enterró en la Provenza francesa, en la falda del Mont Ventoux, lugar mítico para los aficionados al ciclismo.
El juez Fernando Grande-Marlaska y la fiscalía no le creen, pero no les queda más remedio que investigar por si esta vez fuera verdad. El terrorista ha sido excarcelado y ha ido a Francia de cicerone en varias ocasiones en los últimos cuatro meses para señalar el lugar donde supuestamente enterró a Cordón. Hasta el momento no han encontrado nada. Silva alega que las condiciones del terreno han cambiado en los más de 13 años transcurridos. Puede ser, pero teniendo en cuenta que ni siquiera él puede considerar que el entierro de sus víctimas es algo tan frecuente como si lo hiciera lunes, miércoles y viernes, es difícil de creer que si fuera cierto no reconocería el lugar.
¿Se arrepintió Adán de haber mordido la manzana? ¿Por haberla mordido o por sus consecuencias? Yo lo tengo claro, pero, querido lector, lo dejo a su criterio.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
Fernando García, padre de una de las tres niñas de Alcàsser asesinadas en 1992 —un caso que entre otras cosas le dio tanto dinero a Televisión Española— está siendo juzgado en Valencia por injurias y calumnias, junto con el criminólogo Juan Ignacio Blanco, para quien ha sido dictada una orden de búsqueda y captura.
Fernando García se hubo dedicado a descalificar en un programa de Canal 9 a Enrique Beltrán, en aquel momento fiscal jefe del TSJCV, así como a forenses y a agentes de la Guardia Civil participantes en la investigación del triple asesinato y a miembros del tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, la que juzgó a Miquel Ricart, el único autor de crimen que llegó a ser procesado.
Se enfrenta a una pena de 16 años de cárcel. No, que maten a una de tus hijas no te da derecho a insultar. Pero un insulto no es un asesinato.
Fuente: la media hostia
Bajo licencia Creative Commons
Martin B. Short, un físico norteamericano de 29 años, investiga, junto a otros colaboradores y con la ayuda del Departamento de Policía de Los Ángeles (Estados Unidos), en el desarrollo de modelos matemáticos que elaboran patrones espacio-tiempo de comportamiento criminal. Dichos modelos ayudarían a prever y combatir la criminalidad. Invitado por la Obra Social de La Caixa, Short acudió al CosmoCaixa de Barcelona para explicar su trabajo.
La alerta la da Pedro Gallego, sargento de la Guardia Civil que ha vivido cuatro años en Honduras, un período en el que ha analizado las maras, agrupaciones de carácter violento compuestas por chicos y chicas de entre 10 y 30 años que sólo saben sobrevivir en la sociedad a través delito.
El resultado de ese estudio figura en «La Mara al Desnudo», libro del que ha hablado con Efe.
Ha dedicado parte del volumen a hablar de dos viejas bandas conocidas en España: los Latin Kings y los Ñetas, consolidadas sobre todo en Comunidades Autónomas como Cataluña, Valencia, Madrid y Murcia.
En su opinión, ambas agrupaciones «sólo están en estado durmiente» después de que los cuerpos de seguridad del Estado las hayan debilitado.
«Están resurgiendo motivadas por la pérdida de empleo y la crisis», ha dicho, y la situación puede complicarse aún más cuando las maras pisen territorio español, ya que tienen estrechas relaciones con el crimen organizado, incluso a nivel internacional.
El autor asegura que esta banda aún no está implantada en España aunque ya se ha localizado a alguno de sus miembros.
Explica que la implantación de la agrupación dependerá de la entrada de determinados flujos migratorios al país procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala, sus países de nacimiento.
También de la reagrupación familiar: «hay padres que quieren traer a sus hijos a España y algunos de ellos pueden ser integrantes de una de estas bandas».
Además, puede producirse una conversión de los inmigrantes que ya están en territorio nacional, «es posible que se sientan atraídos hacia estas bandas tras sufrir xenofobia y perder el trabajo».
El autor ha advertido de que las «Mara» tienen un nivel de expansión «terrible» y por ello es necesario luchar contra ellas lo antes posible, con medidas sociales y de apoyo a la familia.
«Cuando se detecte que un chico forma parte de ella hay que garantizarle protección y ayudarle a salir porque abandonar el grupo significa la muerte, al contrario de lo que sucede en otras bandas», aconseja.
Los integrantes de la banda no tienen que proceder precisamente de familias desectructuradas y muchos de ellos incluso tienen estudios y una buena situación económica.
Gallego analiza en su libro la posibilidad de que las bandas se conviertan en asociaciones culturales, como sucedió en Cataluña en el año 2006.
«Fue una herramienta de gran utilidad para frenar la comisión de hechos delictivos pero luego no se ha estudiado cuál ha sido su evolución y es cierto que muchas bandas utilizan la excusa de la asociación para lavar su imagen sin que realmente haya sido así», asegura.
Fuente: 20Minutos.es
En el escalafón de los asesinos en serie se da la macabra coincidencia de que varios de los más prolíficos han resultado ser médicos. El peor de todos ha sido el británico Harold Shipman, quien en enero del 2004 se ahorró con una sábana al cuello el tedio de cumplir las quince cadenas perpetuas que le aplicó un juez británico por el asesinato de igual número de personas. Algunas investigaciones indican que pudo haber matado al menos a doscientas más entre 1974 y 1998. Jack Kevorkian, el médico que poco antes lo precedió en el título, organizó el suicidio de 130 de sus pacientes y se promocionó como un activo defensor de la eutanasia hasta que se le ocurrió filmarse mientras participaba en el suicidio de un hombre y lo hizo pasar por televisión. Un jurado de Michigan lo condenó en 1999 por asesinato en segundo grado. Al año siguiente, un estudio reveló que el 70% de sus voluntarios no tenía enfermedades terminales, como se pensó en un momento. Alguien dirá que entre uno y otro hay muchos matices por considerar, pero es de matices diversos, casi todos macabros, que está cubierta la lista de los doctores de la muerte.
Cara de bueno
Antes de revelarse como asesino, Harold Shipman, de 54 años, era lo que se dice un médico intachable. Muchos de sus pacientes hasta lo llamaban ‘Doctor Amistad’, por lo agradable que parecía, al punto que pocos deudos sospechaban cuando él descartaba la necesidad de autopsia en sus víctimas y sugería a los familiares la inmediata cremación de los cuerpos. El asunto comenzó a develarse cuando sus colegas de la localidad de Hyde notaron que estaba expidiendo demasiados certificados de defunción. Shipman fue investigado por las autoridades, pero quedó libre de sospecha ante la eventual falta de pruebas. Poco después, el hombre mató a tres pacientes más.
Hubiera seguido así de no ser porque la codicia lo hizo tropezar. A mediados de 1998, la hija de una de sus víctimas se dio con la sorpresa de que la fallecida había dejado todos sus bienes al médico. Las sospechas partieron de la firma que figuraba en el testamento. La policía encontró que no solo se trataba de una rúbrica falsa, sino que el documento había sido escrito en la máquina del asesino. La exhumación del cadáver arrojó que la paciente había muerto por una sobredosis de morfina.
El juicio desbordó hasta el escándalo cuando se descubrió que el hombre había asesinado de la misma manera a otras 14 pacientes. Su método era el mismo: escogía mujeres mayores de 75 años, se ganaba su confianza, se convertía en su médico de cabecera y, por lo general en la tarde, mientras estaban solas, las asesinaba con sobredosis de la misma droga. Algunas murieron tras pedirle consulta para malestares tan leves como un resfriado.
La policía descubrió que el hombre emitía recetas falsas con las que recorría farmacias para comprar las cantidades permitidas de morfina. En otros casos, robaba las dosis de otras pacientes que fallecían de cáncer. La fiscalía estableció una conexión entre sus crímenes y su propia vida: a los 17 años, Shipman quedó marcado por la agonía de su madre, que usaba fuertes dosis de morfina para aliviar las dolencias de un cáncer terminal de pulmón. Se supone que allí le nació la fascinación de provocar la agonía o el desequilibrio de creerse Dios. El juez que lo juzgaba terminó asqueado del caso: «Usted ha cometido horrendos crímenes -dijo al momento de dictar sentencia-. Asesinó a cada una de sus pacientes con calculada y helada perversión de su capacidad médica. Usted era, antes que nada, el médico de esas personas».
Shipman recibió la condena de quince cadenas perpetuas sin inmutarse. Se dice que, ya en prisión, se mostraba arrogante y agresivo, aunque de vez en cuando accedía a dar algún consejo de salud. Los psiquiatras encontraron que, dentro de todo, no revestía peligro para sí ni para los demás. Ahora se investiga cómo es que decidió matarse.
–Todo indica que este caso de un médico tan siniestro, con motivaciones tan macabras, ocurre solo una vez en la vida -dijo en su momento el médico del Gobierno que investigó las muertes de sus pacientes.
Es obvio que estaba equivocado.
Perversiones médicas
El sudafricano [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]debe figurar entre las mentes más perversas de la historia médica. Durante el régimen de segregación racial, este médico tuvo a cargo un programa de guerra bacteriológica denominado Proyecto Costa, entre cuyos objetivos estaba el desarrollar un veneno que solo afectara a la gente de raza negra. En sus experimentos hacía atar a hombres negros a los árboles de su jardín y los rociaba con un gel experimental para ver si amanecían muertos. Si esto no sucedía, les inoculaba un relajante muscular que les provocaba la muerte en cuestión de horas. En su búsqueda de ‘venenos inteligentes’ hacía que los sujetos de prueba fumaran cigarrillos con ántrax, ingirieran azúcar infectada con salmonela o whisky mezclado con herbicidas. Basson contó con un presupuesto ilimitado para sus investigaciones, hasta que cayó en desgracia en 1997 bajo el cargo formal de vender éxtasis a un policía encubierto.
Entonces ya lo llamaban ‘El Doctor Muerte’, apelativo que, para el efecto, señala a los más refinados traidores al juramento hipocrático. A la maldad encarnada. Parece haber una irrefrenable fascinación por la muerte en quienes juran salvar vidas y terminan aniquilándolas. Al médico austríaco Heinrich Gross le dio por experimentar en niños con retraso mental que llegaron a su cuidado en la célebre clínica psiquiátrica Steinhof, en Viena. En 1978, Gross admitió haber obtenido 300 cerebros de niños fallecidos en la clínica. Se presume que muchos fueron asesinados. Años después se hizo pública la existencia en esa clínica de 772 frascos con cerebros de niños sometidos a experimentos. Gross enfrentó dos juicios por esos crímenes, pero nunca fue condenado. Un tecnicismo legal le permitió salir libre por cuestión de edad.
Angeles de la muerte
Tal vez sea en esa frontera entre la vida y la muerte que ciertos médicos extravían sus propósitos. Algunos llegan a sentirse con la potestad de administrar la agonía. El australiano Philip Nitschke, defensor de la eutanasia, ha hecho toda una carrera como inventor de sistemas para suicidarse. Entre sus creaciones hay bolsas perfectamente herméticas para causar la sofocación del suicida, carpas para acampar que se llenan de gases tóxicos y una máquina que administra veneno mediante un programa interactivo. En este caso, el paciente se conecta un dispositivo intravenoso al brazo, entra al sistema y acciona los comandos hasta llegar a la pregunta decisiva: «Si usted desea quitarse la vida, presione Enter». Otro de sus artefactos suicidas es el COGen, una máquina del tamaño de una lata que contiene una mezcla de extracto de levadura, salsa picante y monóxido de carbono. Lo vende al módico precio de 30 euros.
Hace unos años, Nitschke fue detenido cuando trataba de entrar a Estados Unidos con este aparato. Sus detractores lo acusan de ser un sensacionalista que solo busca promocionar la eutanasia en el mundo. Para no desanimarlos, el médico lanzó su llamada «píldora suicida» y ofreció la fórmula a quien quisiera administrársela. Se especula que 200 personas se contactaron de inmediato con él para obtenerla.
Por supuesto, Nitscke reconoce influencias en esta manera de pensar que vienen desde su admirado Jack Kevorkian, otro defensor de la eutanasia, que todavía cumple una condena a 25 años en una cárcel de Michigan por asesinato en segundo grado. Kevorkian inventó su propia máquina de suicidio, aunque esta requería su intervención directa para funcionar adecuadamente. Fue ese detalle el que apareció en el video que él mismo se encargó de difundir a la televisión estadounidense y terminó por convencer a sus acusadores de que no era tan inocente como se presentaba.
Kevorkian se había librado de varios juicios, pero el que motivó ese suicidio filmado terminó con su campaña. «No me importa ir a la cárcel porque con 70 años tengo poco tiempo de vida», dijo al escuchar el veredicto que lo señaló culpable. Era la misma razón que lo llevó a administrar una muerte asistida a sus pacientes, en su mayoría gente solitaria y depresiva.
No serán los últimos doctores de la muerte, eso es seguro. La frontera todavía está abierta y muchos se perderán en el camino, por una u otra razón. Hipócrates tiene varias traiciones por delante. «Todo indica que este caso de un médico tan siniestro, con motivaciones tan macabras, ocurre solo una vez en la vida”, dijo. Es obvio que se equivocó.
Fuente: El Comercio.com.pe
Un ladrón encapuchado asaltó un banco con el habitual y disimulado método de darle un papel al cajero donde ponía «Esto es un atraco, entrégueme todo el dinero, voy armado», el ladrón tomó el botín y se dio a la fuga impunemente, peo cuando la policía le dio la vuelta al papel entregado por el atracador descubrió con estupor que Thomas Infante, el atracador, había usado un documento de pago con su nombre y dirección para escribir la nota. Por supuesto fue inmediatamente detenido.
Noticia completa: mnsbc
Jorje Baltá studió Ciencias Políticas y, desde hace 10 años, este barcelonès (1976) colabora como voluntario de Amnistía Internacional, de la que es vicepresidente en Catalunya. Amnistía, junto con la Comunidad de San Egidio y el Ayuntamiento de Barcelona, impulsa hoy la jornada internacional Ciutats per la vida, para recordar la inutilidad de la pena de muerte.
–¿En qué consiste esta jornada?
–Es una movilización colectiva para evitar la pena de muerte. Se iluminan los edificios más representativos de cada ciudad. La jornada conmemora que un 30 de noviembre de 1786, el Gran Ducado de la Toscana abolió este castigo.
–¿En cuántos países se mantiene la pena de muerte?
–Cada vez son menos. El año pasado solo en 24 países se ejecutó a alguna persona, pero hay ejecuciones secretas, como pasa en China.
–Algunos estados pretenden recuperar la pena de muerte, sobre todo allí donde hay mucha violencia.
–Hay momentos de gran tensión social en los que es más fácil que se planteen estas demandas, pero la pena de muerte no resuelve nada. No se ha demostrado ni que resulte disuasoria ni que evite más crímenes.
–¿Por qué hay que rechazarla?
–Porque es una violación al derecho a la vida de una forma brutal. Además, cuando se ejecuta nunca se puede estar seguro de que la persona no sea inocente, y es irreversible.
–¿Incluso a Sadam Husein?
–Sí. Amnistía Internacional estuvo en contra de su ejecución y siempre pidió que fuera juzgado. Porque la pena capital no sirve para nada. Es necesario que el Estado investigue y sancione a quienes delinquen y, sobre todo, que apoye a las víctimas.
–¿Y las estadísticas?
–En el 2007 se registraron 1.250 ejecuciones.
–¿Más hombres o mujeres?
–Quizá hombres, pero por determinados delitos hay más mujeres, como por adulterio en Somalia.
–¿En qué países?
–La situación más grave se da en China. Alguien ha dicho que se ejecutaban a más de 5.000 personas al año, pero no está comprobado. También son preocupantes Irán, Arabia Saudí, Pakistán y EEUU.
–¿Qué significa pedir una moratoria general?
–Parar todos los procesos de ejecución y modificar las leyes para reducir delitos que pueden ser sancionados con la pena de muerte.
–Actualmente hay un español sentenciado en Florida
–Sí. Pablo Ibar. Se está pidiendo al gobernador de Florida que fije una moratoria. EEUU ejerce una gran influencia y legitima a otros países. El año pasado fue el único estado de toda América donde hubo ejecuciones.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
El narcotráfico es uno de los mayores desafíos para el Estado, pues muta y se adapta a los cambios mucho más rápido que las instituciones.
Tras el colapso de las ‘pirámides’ y la intervención de DMG, el presidente Uribe dijo en una de sus numerosas intervenciones que “podríamos estar en presencia de un coletazo del narcotráfico, de un coletazo de la guerrilla, de un coletazo del paramilitarismo, tratando de ‘lavar’ dineros por la vía de engañar a los colombianos”. Con todo respeto, creo que se equivoca y que, como el Gobierno en pleno, no vio, no oyó y no entendió el fenómeno.
Si nos atenemos a la definición del DRAE —el diccionario de la lengua madre—, del término “coletazo, en sentido figurado significa “última manifestación de una actividad próxima a extinguirse”. Lo de DMG no creo que sea, ni mucho menos, un coletazo del narcotráfico. Es solo una de las cabezas de una hidra cuyas dimensiones parecen escapársele al Gobierno.
No hay que llamarse a engaños, el narcotráfico —la más notoria manifestación del crimen organizado— se ha enquistado en la sociedad más de lo que estamos dispuestos a admitir. Incluso, como lo señala el investigador Juan Carlos Garzón en su libro Mafia & Co. (Planeta, 2008) hasta “ha llegado a negociar directamente con las instituciones”. De ahí la validez de la pregunta que formuló el decano de Economía de la Tadeo, Salomón Kalmanovitz, en su columna en El Espectador: “¿Hasta qué punto está capturado el Estado colombiano por el crimen organizado?”
Me atrevería a decir que hasta el tuétano, sobre todo en los niveles local y regional. Basta pensar en la tenebrosa parapolítica y en escandalosos casos como los del ex fiscal de Medellín Guillermo León Valencia Cossio, el empresario Juan Felipe Sierra y el general Pedreros, para solo mencionar uno de los más recientes, para darse cuenta de que la policéfala culebra del narcotráfico está vivita y coleando.
DMG, un sofisticado sistema de lavado de activos mediante la captación ilegal de dinero del público, es solo una de sus manifestaciones. Y aunque su objetivo inicial parecían ser sectores no integrados a sistemas regulados por el Estado, para quienes invertir en la organización era una forma de inserción económica, también acabaron involucrados políticos en el oscuro negocio —cosa rara— e incluso, directa o indirectamente, profesionales estrato 16 y prestigiosos abogados y asesores financieros que ahora pretenden desmontarse por las orejas con argumentos que no se creen ni ellos mismos.
El crimen organizado diversifica actividades y crea conexiones con la legalidad. Paga asesores para blindar empresas con fachada legal (según Mafia & Co., hasta mediados de 2007 estaban identificadas 8.000 empresas de apariencia sospechosa y a la ‘Lista Clinton’ había vinculadas cerca de 600 empresas y más de mil personas). Busca influir en el Congreso y financiar campañas con miras a los contratos; soborna a miembros de los organismos de control y de seguridad del Estado para frenar investigaciones, obtener información, arreglar sentencias; tiende lazos hacia el Ejecutivo para garantizar el tráfico de influencias…
DMG parece haber seguido el modelo de la parapolítica. “Tenemos 10 ganadores (se refiere a alcaldes y gobernadores), esto es mejor que haber montado mil empresas”, le dice Murcia a su mano derecha William Suárez, en una conversación revelada por La W. Y hasta donó el transporte de las firmas del referendo.
La lección que deja esta crisis que mostró cómo millones no ven la línea que separa lo legal de lo ilegal, debería servir para que los bancos reflexionen sobre cómo acercarse a la gente y mejorar su imagen de sanguijuela. Y sobre todo para que el Gobierno se pellizque, pues el narcotráfico lejos de ser un fenómeno marginal es uno de los mayores desafíos, pues muta y se transforma y se adapta a los cambios con mucha mayor rapidez que las instituciones. La capacidad de respuesta y la comprensión del fenómeno por parte del Estado se han quedado más que cortos.
P.D. ¡A machar el viernes por la liberación de los secuestrados! Y solidaridad con el director de Semana Alejandro Santos, a quien el controvertido magistrado Alfredo Escobar Araújo quiere ver en la cárcel.
Fuente: Cambio (Colombia)
«El sucidio en las prisiones debe entenderse como una protesta y un desafío contra un poder abrumante. Para quien lo lleva a cabo, representa la última expresión de libertad para huir de una realidad opuesta». En estos términos habló ayer el italiano Francesco Ceraudo, director sanitario de la cárcel de Pisa durante el VII Congreso de Sanidad Penitenciaria. Según un informe elaborado en Italia, en la última década la tasa anual de suicidios en prisión ha aumentado hasta 15 veces más respecto a la población general. Expertos murcianos en psicopatologías relacionadas con el suicidio aseguran que la relación es semejante en el sistema penitenciario español.
Para el especialista en Psquiatría José Hernández, médico del servicio del hospital universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), existe un misterioso motor vital cuyo fallo está en la base de la conducta suicida.
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
Las conductas agresivas inusuales en la juventud podrían estar relacionadas con el disfrute del dolor ajeno, según una investigación llevada a cabo con escáneres cerebrales en la Universidad de Chicago. El profesor Jean Decety, que trabajó en el estudio, asegura que «este trabajo podrá ayudar a entender mejor el camino que hay que seguir para trabajar con las tendencias violentas en la juventud».
Escaneando el cerebro de los jóvenes puede analizarse la agresividad mostrada en un área que está asociada con la sensación de recompensa cuando alguien inflinge dolor a otra persona. El joven, que inusualmente es agresivo, no adquiere un comportamiento de responsabilidad, según muestra el estudio, recogido por otr/press en el último número de la revista Biological Psychology.
Decety es un reconocido experto en empatía y neurociencia social en todo el mundo. Según la investigación llevada a cabo, la agresividad de algunos jóvenes es una empatía natural impulsada, quizá, por estar perturbado en su intento de incrementar la agresión. Por ello, «este trabajo podrá ayudar a entender mejor el camino que hay que seguir para trabajar con las tendencias violentas en la juventud», señaló Decety.
El estudio se realizó en jóvenes de entre 16 y 18 años de edad con una conducta desordenada. Todos ello eran chicos con signos inusuales de agresividad. Visionaron un vídeo, tras el cual se registraron conductas de comportamiento de intención de lucha, utilización de armas y robo a la víctima.
TAMBIÉN EN NIÑOS
Los jóvenes sometidos al test mientras observaban un vídeo en el cual las personas sufrían duros procesos de dolor accidentales. «La agresividad en los jóvenes se activa por circuitos neuronales, que sustentan el dolor procesado por otros», apuntó Decety. Igualmente, «los adolescentes agresivos muestran una específica y muy fuerte activación de una amígdala y de un área del cerebro que responde a los sentimientos de recompensa cuando observan el dolor ingligido en otros, de lo cual se deduce que disfrutan observando el dolor».
Esta situación es similar entre los niños de entre 7 y 12 años, según un estudio realizado este año. Mostraron una empatía natural hacia la gente que padece dolor. Estos escáneres mostraron que cuando un niño ve dibujos donde alguien se hiere accidentalmente, ellos también sienten dolor. Sin embargo, cuando alguien se hiere intencionadamente, una parte del cerebro lo asocia con la comprensión de la interacción social.
Fuente: europa press
Genética. Un equipo de científicos en la Universidad de Florida no sólo ha descubierto que la mutación de un gen provoca conductas delincuentes en los jóvenes sino que también encontraron que la atención materna neutraliza el efecto.
El progreso en la ciencia de la genética ha ido transformando nuestras vidas. Poco a poco, la medicina personalizada, la lectura de genomas y el estudio de la personalidad a través del análisis genético han ido dominando las noticias científicas en el siglo XXI. Este fenómeno ha sido posible gracias a la creación, tanto en Estados Unidos como en Europa, de bancos de genotipos y programas dirigidos a poblaciones específicas.
En esta ocasión, el criminólogo Kevin M. Beaver, de la Universidad del Estados de Florida, partió de la recolección de genomas en un programa estadounidense llamado “Add Health” (Agrega salud), un proyecto actual administrado por la Universidad de Carolina del Norte en Chapel-Hill y fundado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano. El programa comenzó en 1994 y desde entonces, un total de 2,800 adolescentes han sido entrevistados y sus genomas decodificados.
Beaver, junto a sus colegas John Paul Wright, de la Universidad de Cincinnati y Matt DeLisi, sociólogo de la Universidad del estado de Iowa, buscaron una correlación entre la vida social de los adolescentes analizados y algún indicativo genético que los conformara a todos en un solo grupo. Los resultados de sus análisis han sido publicados por el diario Psicología Genética.
La investigación criminológica ya hace mucho que había relacionado el uso de drogas, la personalidad antisocial y la conducta criminal con la formación de grupos de delincuentes, pero esta es la primera vez que un estudio descubre otros lazo entre estos amigos: una mutación genética de un alelo compartida por estos grupos de bandoleros.
Pero el asunto no sólo queda en la genética. No debemos olvidar que por encima de todo, los humanos somos animales sociales y el medio ambiente traza caminos imborrables en la formación de nuestra personalidad y en nuestra estabilidad mental. “Descubrimos un dato curioso aunque no sorprendente. Algunos muchachos poseían el alelo pero no mostraron nunca el comportamiento delincuente ni se interesaron en formar pandillas o unirse a ellas. Esto chicos fueron salvados por el amor materno”, expresó DeLisi.
Este conocimiento es sumamente importante pues la atención y al amor de la madre es capaz de silenciar la mutación.
Cuando los investigadores analizaron los genomas de grupos de muchachos, todos hombres, que se habían unido o formado pandillas, descubrieron que sus genomas compartían una diferencia en común. La variación en particular es llamada “Alelo repetido 10” (10-repeat allele) y se encuentra en el gen que transporta la dopamina conocido como DAT1. “Una de las cosas que nos llamó la atención en el estudio es la influencia del amor materno en la actitud que tomará el adolescente. Al estudiar a 1.816 muchachos de bachillerato nos dimos cuenta que la variación sólo es aplicable en hogares donde la madre ha abandonado a los hijos o simplemente éstos no han recibido cariño maternal. Los chicos con la variación pero con una madre cariñosa a su lado, no mostraron conductas criminales ni comportamientos antisociales”, escribieron los investigadores en el diario.
Los investigadores van a continuar trabajando en descubrir vínculos entre los genes y el ambiente. Este tipo de estudio genético es conocido como el estudio de la “correlación X entre los genes y el medio”, una relación que cada vez se hace más evidente y básica para el Homo sapiens. Los genetistas tienen algunas sugerencias sobre este vínculo y el efecto que tiene en familias de alto riesgo en contraste con lo que ocurre en los muchachos criados en las familias de bajo riesgo. “A lo mejor lo que sucede es que el estrés y la inestabilidad generada por la falta del cuidado materno en una familia activa la variación en el alelo mientras que en las casas donde la madre se ocupa de sus hijos, el alelo permanece inactivo. O quizás ocurre otra cosa. Tal vez, el alelo activa la conducta antisocial en ambos casos, no cómo hayan sido criados, pero en el caso de las familias de bajo riesgo, estas madres y padres son capaces de controlar mejor este tipo de conducta en sus hijos. Es nuestro próximo paso”, expresó Beaver.
Fuente: SinDioses
Autora: Glenys Álvarez
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