En el 2007 se produjo la reforma del Código Penal que permitió el ingreso en prisión de todos aquellos conductores que atentaran contra la Seguridad Vial de forma grave. Sin embargo, a finales de este año, el Gobierno dará marcha atrás y priorizará la decomisión del vehículo sobre la prisión que según en propias palabras del fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, es “lo último que el fiscal desea siempre”.
Así, con la nueva legislación, se podrá buscar una vía alternativa a la prisión, combinando la confiscación del vehículo con penas de trabajos, multas o la privación del derecho a conducir. Tres han sido los casos presentados en los que parece más fácil aplicar este cambio en el Código Penal: conducción con exceso de velocidad, bajo los efectos del alcohol o sin permiso.
Bartolomé Vargas explicaba que “el porcentaje de reincidencia es tan grande que pensamos también en abordarlo con la respuesta del decomiso. Si a la tercera o cuarta vez se lo condena por conducir embriagado, comiso. A la quinta, comiso”. De esta forma, con la venta de los vehículos se podrán pagar indemnizaciones, programas de reinserción y concienciación.
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