La velocidad a la que saldría volando cada uno dependerá de en qué punto del planeta se encuentre en ese momento: en los polos apenas lo notarían —aunque tampoco se salvarían— pero en el ecuador cada persona y objeto que no esté bien sujeto saldría disparado a la velocidad de una bala, literalmente, a unos 360 metros por segundo, unos 1300 km/h, en España. Y no es tan sencillo salir volando a esa velocidad sin convertirse en una masa de carne y huesos.
La gente que esté volando en ese momento en avión tampoco se enteraría mucho en los primeros instantes, pero serían rápidamente destruidos por fortísimos vientos y tormentas y por la radiación solar —si el planeta se detiene podemos despedirnos de los campos magnéticos que nos protegenten de la radiación.
El vídeo es vía Sploid.
Fuente: microsiervos
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