MONIAC, creado por William Phillips, fue el primer ordenador hidráulico capaz de predecir los vaivenes de la economía de un país en base a las decisiones de sus gobernantes.
MONIAC, apelativo que procede de la unión de ENIAC, nombre del primer ordenador digital de la historia (fabricado por IBM y casi contemporáneo) y money. También hace referencia velada a la palabra maniac (maníaco) y son las siglas de Monetary National Income Analogue Computer. Por si fuera poco, también oirás hablar de él como el ordenador hidráulico de Phillips o el finanzafalógrafo.
William Phillips lo fabricó en 1949, en un garaje y utilizando piezas recicladas de un viejo bombardero, su finalidad era didáctica. A punto de concluir su etapa de estudiante, pretendía hacerse con una plaza de profesor en la London School of Economics. Su máquina asombraba no solo por su potencial educativo, sino también – y sobre todo – por su utilidad para predecir la deriva económica de un país en base a las decisiones de sus gobernantes.
Estaba fabricado con cubetas y tubos montados sobre un panel de madera. Cada uno de los recipientes representa un aspecto de la economía de un país –originalmente, el Reino Unido– y chorros agua coloreada fluyen de uno a otro en representación del dinero.
En lo alto, un cubo más grande que el resto hace las veces de Tesoro Público. Desde las arcas de la nación, el agua se trasvasa a otros contenedores (la educación, la sanidad…) simbolizando el gasto, cuya cuantía se controla con un grifo que se abre y se cierra en función de las prioridades del gobierno.
También juegan un papel importante las familias, el sistema financiero, las importaciones, las exportaciones, los impuestos, la política monetaria… Un sinfín de variables que pueden manipularse para comprobar los efectos que una decisión podría conllevar para la economía.
Fuente: Think Big
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