Recientemente, Billy Ó Foghlú, un arqueólogo irlandés estudiante de doctorado en la Universidad Nacional Australiana (ANU), ha conseguido utilizar la tecnología moderna para resolver un misterio milenario. Ha encontrado evidencias de que un artefacto de la Edad del Hierro, que hasta ahora se interpretaba como el tope de una lanza, pudo haber sido usado originalmente como boquilla en un instrumento musical de viento.
Ó Foghlú, usando una impresora 3D, ha conseguido producir una réplica exacta de este artefacto, colocarlo en un antiguo cuerno irlandés y sacarle sonido en un tono aterciopelado. Según explica en la página de la ANU, “de repente, el instrumento volvió a la vida”.
El estudiante pronto se percató de que estos cuernos no sólo habían servido como adorno, sino que fueron cuidadosamente manipulados para sacarles un sonido peculiar y usarlos como instrumentos. La música, por tanto, pudo jugar un papel muy importante en la cultura de los pueblos de la edad de los metales.
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