Microsoft ha perdido una importante batalla, aunque no la guerra. El Organismo Internacional de Estandarización (ISO) ha rechazado el formato Office Open XML, propuesto por Microsoft para identificar a los distintos documentos, ya sea una hoja de cáculo, un texto, una presentación o un gráfico.
Sólo ha sido una primera fase, pero pocas veces la ISO ha vivido un proceso de estandarización más polémico ya que una importante representación de la industria de la informática se ha negado a que el OOXML sea considerado un estándar internacional, y ha creado un auténtico movimiento en su contra en toda la Red.
Primero, porque ya existe un formato aprobado, el Open Document Format (ODF); y segundo, porque alegan que se trata de un formato apoyado y desarrollado por una única empresa, Microsoft, quien por otro lado, domina de largo el mercado de las aplicaciones de ofimáticas. La tercera gran crítica contra el OOXML es que se trata de un formato demasiado complejo (su presentación tiene 6.000 páginas, una de las más largas presentadas ante la ISO) y está repleto de errores, según un informe realizado por los técnicos de IBM en el que denunciaban hasta 95 fallos en la presentación de este formato.
A esta oleada de críticas se empezaron a sumar denuncias acerca de la presiones que estaba ejerciendo Microsoft en los distintos países para que votasen a favor de su formato en el proceso internacional de estandarización. Incluso la Junta de Andalucía envío una carta a AENOR, organismo que canaliza en España las votaciones para la aprobación de estándares, para aclarar que no había mostrado su apoyo a este estándar, al contrario de lo que hacía entender Microsoft en un comunicado oficial.
Pese a todas presiones de las que se hace eco la web OpenXML.info , el OOXML ha sido rechazado. «Un total de 15 países miembros principales de ISO han votado en contra de la especificación, mientras que 17 lo han hecho a favor (la mayoría nuevas incorporaciones como principales) y cerca de una decena se han abstenido», informa la página web, que ha canalizado las inicitivas contrarias a la estandarización del OOXML.
«En total la propuesta de Microsoft ha obtenido un 53% de los votos, cuando necesitaba más de un 66% para obtener el consenso requerido por ISO. En el recuento de miembros Observadores más Principales, Microsoft tampoco ha reunido el consenso necesario que estaba establecido en un 75% de los votos eliminando las abstenciones», dice esta web.
Sin embargo, Microsoft no pierde la esperanza y cree que el formato acabará siendo aprobado en una segunda fase del proceso, que está prevista para principios del próximo año, según ha declarado en distintos medios internacionales.
Microsoft no está dispuesta a renunciar a la estandarización de OOXML, pues puede ser clave para su negocio, especialmente para su presencia en las administraciones públicas, que cada vez más quieren asegurarse que sus archivos y documentos tengan un formato abierto, que no dependa de una única organización.
Fuente: ElPais.com
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