La red puede suponer un lucrativo negocio no sólo para las empresas, sino también para aquellos delincuentes informáticos que encuentran en Internet una forma fácil y segura de ganar dinero a costa de los demás, según señaló el presidente de Kaspersky Lab, Eugene Kaspersky, durante una conferencia impartida en la feria tecnológica SIMO en Madrid.
Los delitos informáticos pueden tomar diferentes formas más allá del conocido «pirateo informático» de los ‘hackers’: el ‘phishing’ (crear una copia falsa de una página que el engañado suela visitar para hacerse con sus datos) o el ‘spam’ (envío indiscriminado de publicidad) son sólo algunos ejemplos de un problema que afecta tanto a individuos como a empresas.
«Muchos de ellos pueden llegar a ser millonarios», declaró Kaspersky en una entrevista con Reuters. «No informan de sus ingresos, por supuesto, pero me consta que pueden llegar a ganar miles de millones de dólares, y no me extrañaría que algunos ganasen más que la compañía de seguridad».
Kaspersky estimó que en 2007 más de 1,2 millones de ordenadores habrán sufrido los efectos del «malware»: un tipo de programa destinado a causar daños en un ordenador u obtener información de su usuario.
La búsqueda de beneficios, el desarrollo de nuevos negocios y el bajo riesgo de ser atrapado son, según el experto ruso, las principales causas del incremento del crimen electrónico.
«En Rusia, por ejemplo, hay un problema con la ley. Si alguien mata a otra persona en la calle, la policía puede comenzar a investigar partiendo del hecho: el cadáver», indicó Kaspersky.
«Pero en el caso del crimen electrónico, no pueden intervenir si no hay una denuncia. Algunas veces la policía tiene toda la información sobre el criminal: el nombre, la dirección, la edad: todo…Pero no tienen una denuncia.
«A algunas víctimas no les gusta informar, así que no pueden realizar detenciones».
Otras de las claves señaladas fueron la falta de sentimiento de culpabilidad, ya que Internet facilita que la víctima no quede asociada a ningún rostro, y la facilidad técnica para delinquir en la red.
«En Brasil, hace unos tres años, había un grupo de unas treinta personas, y no todos ellos eran ‘hackers'», explicó.
«Un par de ellos desarrollaban virus troyanos y los distribuían, y el resto de gente se encargaba de recabar información de las víctimas, de procesarla, robar el dinero y esconderlo».
«Es como un negocio: hay jefes y hay trabajadores», apostilló.
Para combatir este problema, Kaspersky señaló la necesidad de mejorar la coordinación entre países a través de Interpol, de educar a los usuarios para prevenir posibles ataques y de utilizar productos y tecnologías efectivas.
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