La Naturaleza y los ingenieros afrontan problemas de diseño parecidos al crear los sistemas de control. Las diferentes soluciones que emplean explican por qué los organismos vivos tienden a estropearse menos que las computadores, según un estudio de la Universidad de Yale.
El equipo de Yale comparó la evolución de organismos y los sistemas operativos de los ordenadores analizando las redes de control de la bacteria Escherichia coli y el sistema operativo Linux. Informaron de sus descubrimientos online en la edición del 3 de mayo de Proceedings of the National Academy of Science.
“Se suele utilizar la metáfora de que el genoma es el sistema operativo de un organismo vivo. Queríamos ver si esa analogía es correcta”, explicó Mark Gerstein, profesor de bofísica y bioquímica e ingeniero informático; principal autor del artículo.
Tanto la E coli como Linux tienen redes jerarquizadas, pero hay diferencias notables en la forma en que realizan las operaciones. Las redes moleculares en la bacteria están dispuestas en forma de pirámide, con un número limitado de genes maestros que se encuentran a la cabeza del control de una gran cantidad de funciones especializadas que actúan independientemente unas de otras.
Por el contrario, el SO Linux está organizado como una pirámide invertida, con muchas rutinas de alto nivel controlando unas pocas funciones genéricas en el suelo de la red. Gerstein dijo que su organización funciona porque los ingenieros de software intentan ahorrar dinero y tiempo utilizando rutinas existentes en vez de crear sistemas desde cero.
“Pero también significa que el SO es más vulnerable a errores porque incluso simples actualizaciones de una rutina genérica pueden ser muy perjudiciales”, dijo Gerstein. Para compensar, estos componentes genéricos han de ser continuamente ajustados por los diseñadores.
Los SOs son como calles de ciudades -los ingenieros suelen centrarse en áreas que tienen mucho tráfico”, dijo Gerstein. “Podemos hacer esto porque estamos diseñando estos cambios de forma inteligente.
Sin embargo, explicó que si la analogía se extiende a un organismo como E coli, la situación es diferente: sin un buen ajuste, cualquier fallo en los mecanismos que regulan las mutaciones puede ser fatal. Esa es la razón por la que E. coli no puede permitirse componentes genéricos y ha preservado una organización con módulos muy especializados, dijo Gerstein, añadiendo que tras miles de millones de años de evolución, esa organización se ha probado fuerte, protegiendo al organismo de mutaciones aleatorias.
Fuente: Ciencia Traducida
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