El físico Max Tegmark ha organizado las diferentes disciplinas en un árbol de familia donde, en principio, cada una se deriva de otras «más fundamentales» que se encuentran más arriba en el diagrama. Las teorías tienen dos componentes: ecuaciones matemáticas y “equipaje”, que son las palabras que explican como la teoría conecta con lo que los humanos observamos y comprendemos. La razón entre las ecuaciones y el “equipaje” disminuye a medida que se desciende el árbol, de modo que la razón es prácticamente cero en la base –donde se hallan disciplinas muy aplicadas, como la medicina o la sociología mientras cerca de la copa se encuentran las disciplinas altamente matematizadas –como la relatividad general o la mecánica cuántica. En la cima del árbol, Tegmark conjetura que existe una teoría sin “equipaje” alguno, de la que se desprenden todas las demás: una teoría del todo. La teoría científica del todo no tiene palabras: es puramente matemática.
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