Una máquina que no logró construirse en 1822, ideada por Charles Babbage, considerado padre de la informática moderna. El invento fue la máquina diferencial, diseñado para tabular funciones polinómicas, necesarias para el desarrollo de las tablas trigonométricas esenciales para navegar. No se pudo construir, entre otras cosas, porque pesaría 15 toneladas y tendría más de 25 000 piezas mecánicas. Babbage comenzó la construcción de su máquina, pero ésta nunca fue terminada. Dos cosas fueron mal, la fricción y engranajes internos disponibles no eran lo bastante buenos para que los modelos fueran terminados, siendo también las vibraciones un problema constante ,la otra fue que Babbage cambiaba incesantemente el diseño de la máquina.
En el centenario de su muerte, sin embargo, el London Science Museum la construyó siguiendo los planos de Babbage. La máquina consiguió dar resultados exactos con 33 dígitos en cuestión de segundos. Resulta sin duda emocionante comprobar que el diseño de alguien podría haber revolucionado el mundo de haberse podido plasmar en su época. Resulta emocionante comprobar cómo una persona puede adelantarse tanto a su época. Y, sobre todo, resulta emocionante transportar del pasado una tecnología que pudo haber existido pero no lo hizo, algo así como plasmar un universo alternativo, a lo Wild Wild West.
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