Las distracciones al volante causaron en 2011 casi 33000 accidentes con víctimas, según la Dirección General de Tráfico. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos detalló en un informe que el 16 por ciento de los encuestados españoles reconocía enviar mensajes con su teléfono mientras conducían.
Ante la posibilidad de que el uso del móvil pueda ser un nuevo factor de riesgo, un estudio en doce personas, que se publica en Traffic Injury Prevention, cuestiona si las diversas vías del manejo de un móvil -conversaciones a través del manos libres o enviar mensajes de texto- incrementaban las posibilidades de sufrir un accidente. La alarma saltó cuando los científicos de diversas universidades australianas, del Instituto de Neumología y del sueño de Melbourne y de la Universidad de Barcelona (UB) compararon los niveles de concentración de alcohol en sangre con las consecuencias del empleo del dispositivo. Observaron que contestar a un mensaje equivalía a un gramo por litro, el doble de la tasa de alcoholemia permitida en España.
Capacidad cognitiva
Aunque el manos libres pueda parecer a priori la solución ante este problema, lo cierto es que, según explica a DM Sumie Leung, coautora principal del estudio e investigadora de la UB, su uso también puede acarrear riesgos. Para ello, Leung hace referencia a que «una conversación telefónica, que requiere más capacidad de atención, equivaldría a 0,7 gramos por litro en sangre» mientras que cuando se trataba de una conversación más simple, también con el manos libres, los efectos eran equiparables al nivel de alcoholemia de 0,04. La autora invita a seguir investigando con el fin de determinar cómo deben ser regulados estos aparatos.
Fuente: herenciageneticayenfermedad
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