Rusia y China han sido acusadas de espionaje internacional. Al contrario de la NSA, lo habrían hecho modificando diferentes objetos: teteras y planchas con chips maliciosos y memorias USB infectadas con un troyano.
Tal y como publicaba el periódico de San Petersburgo Rosbalt, se acusa a China de camuflar chips maliciosos en teteras y planchas, los cuales se conectarían a redes inalámbricas sin seguridad. Este tipo de chips (algunos con micrófono) se han encontrado en otras ocasiones en teléfonos móviles o en cámaras incluidas en vehículos.
Por si fuera poco, Estados Unidos recientemente acusó a Rusia de haber repartido una serie de memorias USB infectadas durante la cumbre del G20 celebrada en San Petersburgo. Este cruce de recriminaciones entre ambos países parece el típico juego de «…y tú más», acusándose unos a otros de las mismas prácticas.
Por su parte, el gobierno de Vladimir Putin, ha negado esta información y acusa a Estados Unidos de intentar «desviar la atención» sobre el escándalo destapado por Edward Snowden, el cual está actualmente refugiado en territorio ruso. Aunque este tipo de espionaje no es ninguna novedad, sigue arrojando leña al fuego y dando mayor perspectiva del mundo vigilado en el que vivimos. Planchar la ropa no creo que sea una actividad agradable, pero por lo menos no implique estar vigilado por gobiernos extranjeros.
Fuente: ALT1040
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