La gente no tiene la oportunidad de identificar cuando alguien más está contando un recuerdo falso o real de un crimen, según un nuevo estudio de UCL.
Los hallazgos, publicados en Frontiers in Psychology, se basan en un estudio previo que fue el primero en implantar con éxito los falsos recuerdos de la comisión de un crimen – que involucra ya sea el asalto o la agresión con un arma que resultó en la denuncia a la policía.
La autora del estudio, la Dra. Julia Shaw (Psicología y Ciencias del Lenguaje de la UCL) dijo: «Todo el mundo piensa que no se le puede engañar para que crea que ha hecho algo que nunca ha hecho, y que si alguien le hablara de un falso recuerdo, sería capaz de detectarlo. Pero encontramos que en realidad, la gente tiende a ser muy susceptible a tener falsos recuerdos, y suenan igual que los recuerdos reales.»
Para el estudio anterior, publicado en 2015, Shaw y un colega invitaron a jóvenes adultos a un estudio sobre los recuerdos emocionales, y también hablaron con un miembro de su familia para conocer los acontecimientos de la primera adolescencia de los participantes, con el mayor detalle posible.
Los investigadores hablaron con los participantes sobre su pasado, y utilizaron preguntas guía y tácticas sugerentes, así como técnicas de visualización para convencer a los participantes de que les estaban ayudando a recuperar una memoria olvidada, mientras que en realidad estaban implantando un falso recuerdo de que el participante había cometido un delito cuando era joven, como un robo o una agresión.
«Básicamente estábamos haciendo exactamente ‘lo que no hay que hacer’ al realizar un interrogatorio policial», explicó Shaw.
El estudio de 2015 informó que la mayoría de los participantes desarrollaron un falso recuerdo de haber cometido un delito, y los participantes informaron sistemáticamente que los falsos recuerdos se sentían increíblemente reales.
La investigación actual incluye dos estudios que utilizaron vídeos del estudio de 2015, de los participantes del estudio relatando sus falsos recuerdos de un crimen, que ellos creían que eran reales. Los nuevos participantes vieron esos vídeos y se les preguntó si la persona estaba describiendo un evento que realmente ocurrió o no.
Los participantes sólo tuvieron un 53% de precisión (no más que la casualidad) en la identificación de los falsos recuerdos de haber cometido un delito. Estos resultados fueron replicados en el segundo estudio. Incluso cuando a los participantes se les dijo explícitamente que uno de los recuerdos que miraban era falso, su juicio no fue mejor que lanzar una moneda.
Además de creer incorrectamente que los recuerdos falsos eran verdaderos, los participantes tenían la misma probabilidad de ver a alguien relatar un recuerdo genuino y luego identificarlo erróneamente como falso, una vez que el equipo de investigación les dijo que algunos de los vídeos presentarían recuerdos falsos. En otras palabras, muchos recuerdos verdaderos parecían falsos.
«Los profesionales del derecho y los agentes de policía deben darse cuenta de lo fácil que es manipular los recuerdos de alguien. Los jueces, en particular, nunca deben suponer que pueden saber cuándo alguien tiene un falso recuerdo, y deben considerar todo el proceso para ver si existe algún riesgo de contaminación de los recuerdos de un acusado o un testigo», dijo Shaw.
«Los hallazgos destacan realmente lo importante que es asegurar que los procedimientos penales se lleven a cabo correctamente. El proceso de interrogatorio debería basarse en pruebas, para reducir el riesgo de implantar falsos recuerdos en las personas que son interrogadas por la policía».
En Pensar rápido, pensar despacio, Kahnemanexpone el sesgo de retrospección (pgs. 265 – 268):
Muchos psicólogos han estudiado lo que sucede cuando los individuos cambian sus ideas. Tras elegir un tema en el que las mentes no están totalmente seguras -la pena de muerte, pongamos por caso-, el experimentador registra con cuidado las actitudes personales. A continuación, los participantes ven u oyen un persuasivo mensaje a favor o en contra, y después el experimentador registra de nuevo las actitudes; estas suelen estar entonces más próximas al mensaje persuasivo que han visto u oído. Finalmente, los participantes refieren la opinión que tenían antes. Esta tarea resulta sorprendentemente difícil. Cuando se pide a la gente reconstruir sus creencias anteriores, lo que hace es salvar las actuales -un ejemplo de sustitución-, y no pocas personas pueden creer que una vez pensaron de manera diferente.
…
Baruch Fischhoff fue el primero en demostrar este efecto de «sabía lo que iba a ocurrir» osesgo de retrospección siendo estudiante en Jerusalén. Junto con Ruth Beyth (también estudiante nuestra), Fischhoff organizó una encuesta en 1972. Los encuestados asignaron probabilidades a quince posibles resultados de las iniciativas diplomáticas de Nixon. ¿Estaría dispuesto Mao Zedong a recibir a Nixon? ¿Obtendría China el reconocimiento diplomático de Estados Unidos? Tras décadas de enemistad, ¿se pondrían Estados Unidos y la Unión Soviética de acuerdo en alguna cuestión importante?
Al regresar Nixon de sus viajes, Fischhoff y Beyth pidieron a las mismas personas que recordaran la probabilidad que originalmente habían asigando a cada uno de los quince posibles resultados. Y lo que resultó fue muy claro. Si un posible acontecimiento se había producido, los encuestados exageraron la probabilidad que le habían asignado anteriormente. Y si el posible acontecimiento no se había producido, los participantes recordaron equivocadamente que siempre lo habían considerado improbable. Además, los experimentos mostraron que los participantes tendían a exagerar el acierto no solo de sus predicciones originales, sino también de las que hicieron los demás.
…
Aunque la retrospección y el sesgo del resultado generalmente fomentan el temor al riesgo, también proporcionan inmerecidas recompensas a quienes de manera irresponsable buscan el riesgo, como un general o un empresario que hacen una apuesta temeraria y ganan. Los jefes ydirigentes que han tenido suerte nunca son sancionados por haber asumido riesgos excesivos. Por el contrario, se piensa que gracias a su olfato y previsión anticiparon su éxito, y las personas sensibles que dudaban de ellos son vistas retrospectivamente como mediocres, tímidas y pusilánimes. Unas cuantas apuestas insensatas pueden conferir a un líder insensato un halo de presciencia y audacia.
Fuente: DE AVANZADA
Licencia ColorIURIS
Investigadores de la Boston University School of Medicine(BUSM), Ee.UU., concluyen de sus estudios una relación entre los abusos en la infancia de las niñas con la edad de su menarquía (primera menstruación).
El estudio se realizó utilizando datos acerca de 68505 mujeres que participaban en el Nurses’ Health Study II, un estudio prospectivo de cohortes.
Los resultados mostraron una relación significativa tanto con una menarquía a edades precoces como tardías, y además, esta relación era dependiente del tipo de maltrato, lo cual sugiere que los múltiples efectos perjudiciales del maltrato infantil sobre la salud no son homogéneos, sino que dependerán de varios factores. Según comenta el Dr. Boyton-Jarret:
“Existe la necesidad de seguir investigando para explorar las características del maltrato infantil que podrían influenciar sus efectos sobre la salud incluyendo el tipo, la duración y la severidad de los abusos, así como el contexto social en el que ocurre el abuso”
Este estudio concluyó que las mujeres que informaron sobre abusos sexuales tenían un aumento del 49% del riesgo de tener una menarquía precoz (primer periodo menstrual antes de los 11 años) en comparación con las mujeres que no habían sufrido dichos abusos durante la infancia.
Por otro lado, había un aumento del 50% del riesgo de menarquía tardía (primer periodo menstrual más después de los 15 años) en mujeres que declararon haber sido víctimas de maltrato físico en la infancia.
Ampliar en: Science Daily
Parece extraño pero en Salud Mental, existe una dualidad en todo, psicólogos clínicos versus psiquiatras, test psicométricos versus escáneres cerebrales, y dos manuales nosológicos de enfermedad mental que actualmente son CIE 10 elaborado por la OMS y DSM IV por la APA. Los psicólogos clínicos utilizan más el primero y los psiquiatras el segundo
¿Qué diferencias existen?
Clasificación
Diferencias principales entre el DSM-IV TR y el CIE 10
» En el DSM hay una única versión diagnóstico (la CIE tiene versiones diferentes)
» En la CIE 10 en su versión inicial hay un solo eje (se propuso desde su edición la publicación de un esquema multiaxial para ser utilizado en atención primaria) a diferencia del DSM que originalmente es un sistema de evaluación multiaxial. Estos ejes son:
Para la CIE 10
» Diagnósticos clínicos: mentales y no mentales. Todos los problemas del individuo deben enumerarse de acuerdo a los capítulos I al XX.
» Incapacidades: Valora cuatro dimensiones o áreas.
1. Cuidado personal
2. actividades ocupacionales (trabajo remunerado, escolaridad o actividades domésticas)
3. Actividades familiares (regularidad y calidad de las interacciones con familiares y miembros de la casa) y
4. Comportamiento social más amplio (interacción con otros individuos, la comunidad y actividades del tiempo libre)
» Factores contextuales: problemas relacionados con la familia o el grupo de apoyo primario, ambiente social en general, educación, empleo, vivienda y circunstancias económicas, temas legales, antecedentes médicos familiares. Enfoque de la existencia y estilo de vida. Su estructura se fundamenta en el capítulo XXI de la CIE 10 (12)
Para el DSM– IV TR
EJE I: Trastornos clínicos. Otros problemas que puedan ser objeto de atención médica.
EJE II: Trastornos de la personalidad. Retraso mental. Rasgos y mecanismos de defensa particulares
EJE III: Enfermedades médicas, que son potencialmente relevantes para la comprensión o abordaje del trastorno mental del sujeto. Se codifica por CIE. Pueden estar en ejes I y III.
EJE IV: Problemas psicosociales y ambientales que contribuyen de manera significativa al desarrollo o exacerbación de los síntomas. (Ver tabla 1)
EJE V: Es la opinión del clínico sobre el nivel general de actividad del sujeto. Puede realizarse utilizando la escala de evaluación de la actividad global (EEAG) Tabla 2. (9)
» En el DSM tiene mayor importancia la evidencia empírica que el consenso de expertos, al revés que en la CIE.
» La CIE es una clasificación de todas las enfermedades, siendo el capítulo V ó F sólo una parte. Respeta los mismos criterios que para enfermedades orgánicas. (3) .
» Algunas trastornos no figuran con el mismo nombre y en el DSM pueden directamente no figurar (Ej.: neurastenia, los términos neurosis y psicógeno, etc.)
» La CIE es un texto realizado por la OMS, por lo que la realizó un grupo de expertos de distintos países. El manual diagnóstico y estadístico es de EUA. Esto produjo que el primero tuviese definiciones más amplias para poder ser compatibilizadas con las situaciones de diversos países.
Artículo completo en: Psiquiatría NET
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Enlaces relacionados con la psicología:
La psicología forense es una rama de la Psicología que se ocupa de la criminalística. Es una división de la psicología aplicada relativa a la recolección, análisis y presentación de evidencia psicológica para propósitos judiciales.[1] Por tanto, incluye una comprensión del derecho penal en la jurisdicción relevante para poder realizar evaluaciones legales e interactuar propiamente con jueces, abogados y otros profesionales del derecho.
Los psicólogos forenses a menudo han de prestar testimonio, o evaluaciones en los procesos, tanto civiles como penales. A pesar deser considerada como una especialidad psicológica relativamente reciente, la psicología forense se introdujo hace más de cien años atrás. En 1873, Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de psicología en Leipzig (Alemania). Fue su trabajo el que refinó y estableció el método experimental, que se aplica a la psicología. Llevó a cabo experimentos en el campo legal en áreas tales como el testimonio de testigos y la evaluación de criminales que se siguen utilizando en la actualidad.
Hugo Munsterberg fue uno de los primeros psicólogos en prever cómo la ciencia forense podría beneficiar al sistema jurídico. Estudió con Wilhelm Wundt, en Alemania antes de mudarse a los Estados Unidos en 1892. A continuación, estableció un laboratorio en la Universidad de Harvard con el propósito de llevar a cabo experimentos sobre cómo la psicología puede ser aplicada al sistema jurídico. Su investigación incluye experimentos sobre confesiones falsas, el papel de la hipnosis en la sala de audiencias y la memoria de los testigos.
En 1895, mientras era Jefe del Departamento de Psicología, Antropología y Filosofía en la Universidad de Columbia, James McKeen Cattell comenzó a realizar experimentos que actualmente se consideran la raíz de la psicología forense. Planteó a varios estudiantes una serie de preguntas, efectuando el seguimiento de sus respuestas y la valoración de su exactitud. Sorprendentemente, los resultados demostraron un alto grado de inexactitud. Este estudio influyó fuertemente en la psicología del testimonio. Como psicólogo conocido de la época, y el cofundador de la Psychological Review, una de las metas Cattel fue el de establecer la psicología como una ciencia de buena fe.
En 1908 se publicó Munsterberg un libro sobre el tema de la aplicación de la psicología a los juicios legales. El libro «On the Stand«, fue un paso importante para la psicología forense. En 1917, un alumno suyo, William Marston, afirmó descubrir una correlación (que actualmente se considera falsa) entre la presión arterial y la mentira, que fue un factor clave en el desarrollo del detector de mentiras, dispositivo pseudocientífico, que la mentablemnet se usa por algunos sectores «magufos».
Fue a principios del siglo 20 cuando los psicólogos empezaron a actuar como peritos en los juicios, un precedente establecido por Marston en 1923, cuando testificó en el caso de Frye contra los Estados Unidos. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando los psicólogos fueron plenamente reconocidos como testigos creíbles. Hasta el punto que los médicos eran considerados como testigos superiores. a pesar de supuestamente no tenían el grado de conocimientos sobre las condiciones mentales poseído por los psicólogos entrenados.
Desde ese momento, y especialmente en los últimos treinta años, la psicología forense ha sido tenida en cuenta. En 2001, la psicología forense fue reconocido por la Asociación Americana de Psicología como una especialización en el campo de la psicología.
Actualmente en algunos países, los psicólogos forenses también proveen recomendaciones con respecto a la sentencia y al tratamiento que debe seguir el acusado, así como cualquier otra información que el juez requiera, como la referida a factores atenuantes, valoración de riesgo futuro y evaluación de la credibilidad de los testigos. La psicología forense implica también capacitar y evaluar a policías u otro personal oficial para proveer perfiles criminales a las fuerzas del orden.
Fuentes:
– Psicología forense (Wikipedia)
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Enlaces relacionados:
– La web de Maco048. Noticias: polígrafo
– Grafología y recursos humanos, pseudociencia del poligrafo
– La máquina de la ¿verdad?. Magufos y criminología
– Polígrafo y telebasura « magonia « Blogs El Correo Digital
– Planeta Escepticismo (agregador)
– Psicología para escépticos
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En el historial del delincuente sexual encontramos datos que nos hablan de desintegración familiar, ausencia de supervisión por las figuras de autoridad, carencia de afecto y cuidados. En general, suelen ser infancias rodeadas de condiciones poco favorables.
Las dificultades que encuentra para integrarse socialmente vienen de la mano de su falta de seguridad y afecto. Estas carencias marcarán unas características típicas en este tipo de delincuentes: su carácter sádico y dominante. Las necesidades y deseos emocionales que experimentan suelen encontrarse en la base de su tendencia a cometer delitos.
Suelen mostrar una gran inseguridad, lo que se traduce en comportamientos tímidos, inhibidos y retraídos, lo que dificulta la comunicación interpersonal, los vuelve desconfiados y carentes de afecto a lo largo de todo su desarrollo.
Los pensamientos que les dominan suelen ser del tipo obsesivo de contenido sexual. La comunicación que mantiene con su entorno tiende a ser infantil, con numerosas carencias en el plano verbal. El contenido del lenguaje es pobre o, por el contrario, con gran riqueza de detalles.
Padecen graves trastornos de la afectividad por los conflictos sexuales que experimentan. Son personas dependientes, con una baja autoestima y elevada angustia. La angustia experimentada proviene del intento de controlar sus impulsos sexuales y no poder hacerlo. Existe alteración de la conciencia y tiene tendencia a negar sus conflictos y sus comportamientos asociales y agresivos. Como estrategia para disminuir sus sentimientos de culpa atribuye el ataque sexual a su víctima. La atención y la percepción se encuentran fuertemente influida por el contenido sexual de los problemas que padece.
La inteligencia suele ser inferior a la normal, aunque no hablamos de personas con retraso mental.
Pobre e inestable adaptación a la realidad y profunda dificultad para mantener relaciones afectivas estables.
Con el paso de los años se va produciendo un deterioro progresivo de los valores morales y sociales, lo que va acentuando su peligrosidad.
Fuente: Psicología Policial
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Enlaces de interés:
Los psicólogos que analizan el comportamiento moral han diseñado una gran cantidad de experimentos para intentar averiguar cómo “funciona” en el hombre, estudiando cómo decidimos engañar o jugar de acuerdo con las reglas, mentir o decir la verdad. Y los resultados son sorprendentes, en algunos casos perturbadores. Por ejemplo, hemos basado nuestra sociedad en la suposición, no probada, de que decidir decir la verdad o mentir está dentro de nuestro control consciente. Joshua Greene y Joseph Paxton, ambos de la Universidad de Harvard, han publicado un artículo en los Proceedings of the National Academy of Sciences según el cual el ser honesto, el decir la verdad, es automático (léase no sometido a una decisión consciente) en algunas personas.
Greene y Paxton registraron la actividad cerebral usando imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) de los voluntarios del experimento mientras tomaban la decisión de mentir o no. A los sujetos se les pedía que predijesen el resultado de tirar una moneda al aire, pero que no lo dijesen hasta que la moneda cayese, con lo que tenían la oportunidad de mentir. Para motivarlos, se les pagaba por predicción correcta. Como control, otro grupo decía sus predicciones antes de que la moneda cayera. Posteriormente los investigadores midieron el nivel de éxito usando la estadística: se identificó a los mentirosos como aquellos que acertaban más de lo que la probabilidad era lógico que permitiese.
Greene y Paxton habían formulado la hipótesis de que si decidir decir la verdad era un proceso consciente (el resultado de resistir la tentación) las áreas del cerebro asociadas con el autocontrol y el pensamiento crítico se iluminarían cuando los sujetos dijesen la verdad. Si fuese automático, esas áreas permanecerían oscuras.
Lo que encontraron es que la honestidad es un proceso automático, pero sólo para algunas personas. Al comparar los escáneres de las pruebas con y sin la oportunidad de engañar, los científicos encontraron que para los sujetos honestos, el decidir decir la verdad no supone una actividad cerebral extra. Pero para los otros, el grupo deshonesto, tanto mentir como decir la verdad requiere actividad extra en las áreas asociadas con el pensamiento crítico y el autocontrol.
Estos descubrimientos, el automatismo de algunos actos que se suelen considerar decisiones conscientes, vienen a añadirse a todo un corpus que se ha venido publicando al respecto en los últimos tiempos. De algunas de estas publicaciones nos hemos hecho eco en Experientia docet (ver aquí). En un artículo reciente John Bargh, psicólogo social de la Universidad de Yale (EE.UU.) especializado en respuestas automáticas, afirmaba que incluso nuestros procesos mentales superiores, desde la persistencia a la hora de realizar una actividad a la creación de estereotipos sociales pasando por pararse a ayudar a una persona necesitada, se realizan espontáneamente como respuesta a estímulos ambientales. Paralelamente, John Haidt, Universidad de Virginia, se hizo conocido en el mundo de la psicología por los numerosos estudios que realizó en los que probó que hacemos juicios morales, como los que se suscitan en el dilema del tranvía, basándonos completamente en nuestras emociones y somos incapaces de explicar lógicamente porqué algunas cosas están bien y otras mal.
El estudio de Greene y Paxton sugiere que la honestidad en particular es automática sólo para algunos, lo que se puede interpretar como que una parte de la población es honesta de forma natural mientras que a otra le cuesta decir la verdad. Esto recuerda a esa idea evolutiva de que los que engañan y los honestos deben coexistir en un porcentaje dado dentro del reino animal. El clásico ejemplo de los cucos y los pájaros que crían las crías de cuco. ¿Existirá ese porcentaje en los humanos también?
Referencia:
Greene, J., & Paxton, J. (2009). Patterns of neural activity associated with honest and dishonest moral decisions Proceedings of the National Academy of Sciences, 106 (30), 12506-12511 DOI:
Fuente: Experientia docet
Ismael Loinaz, psicólogo y criminólogo y autor de un estudio sobre esta materia, trabaja desde hace más de un año con una cincuentena de reclusos del centro penitenciario Brians II (Barcelona) para clasificar a este tipo de agresores, que forman «un colectivo muy heterogéneo», en subtipos diferenciables según su personalidad, la violencia utilizada o el nivel de contención de ira, para poder así diseñar tratamientos específicos.
El investigador ha explicado a Efe que mientras se ha trabajado ampliamente en el tratamiento de los agresores sexuales, por la alarma social que generan, no ocurre igual con los agresores de pareja, a pesar de todos los cambios legislativos realizados, con una modificación penal incluida, que ha conllevado un aumento del número de hombres que ingresan en prisión por estas causas.
«Se ha producido un boom de encarcelamientos, pero no se ha avanzado en recursos. En otros países llevan más de treinta años investigando la clasificación de los agresores de pareja para darles un tratamiento adecuado», indica Loinaz, que prepara su tesis doctoral con el catedrático de Psicología Clínica Enrique Echeburúa, director del principal grupo de investigación sobre este campo.
Loinaz recuerda que, aunque en España no existen datos oficiales, según un estudio realizado en EEUU, un 32% de los sujetos tratados vuelve a maltratar dentro del primer año, y hasta el 60% lo hace en la década siguiente. Además, otras investigaciones apuntan que las terapias que se aplican son inapropiadas para muchos de ellos, como demuestra el alto grado de reincidencia.
De los reclusos que han participado voluntariamente en el estudio, con una edad media de 39 años -algunos de ellos con penas leves, aunque también hay homicidas-, un 38% presentaba prevalencia de transtornos de la personalidad, un 18% tenía antecedentes psiquiátricos y un 54% presentaba problemas relacionados con el consumo de alcohol o drogas.
Por medio de entrevistas, Loinaz logró diferenciar dos tipos de agresores. Por un lado, están los sujetos «normalizados», que llevan una vida normal, no suelen tener transtornos psicológicos, y con una menor prevalencia de consumo de drogas o alcohol.
Suelen tener un perfil ‘hipercontrolado’: «les cuesta estallar, lo que pasa con ellos es que se van enfadando, acumulando la tensión hasta que explotan de forma desmesurada», señala el psicólogo.
«Es aquel que cuando sus vecinos se enteran de que es un agresor afirman sorprendidos: ‘pero si parecía normal'», añade Loinaz. Para los agresores de bajo riesgo, las terapias deben centrarse en el control de la ira y la distorsión del uso de la violencia.
El otro grupo definido sería el violento antisocial, que actúa no sólo en el ámbito familiar, sino también con personas desconocidas, que suele tener antecedentes penales, «con mayor nivel de distorsiones cognitivas y más parecido al cliché del maltratador machista».
Las terapias pueden ir desde las cognitivo-conductuales, dirigidas a controlar «pensamientos descontrolados» que les lleva a actuar de forma violenta, a otras en las que se trabaja el pensamiento machista de estos individuos, con distintas técnicas y tomando como ejemplos casos de su propia familia.
El investigador tiene previsto este año continuar su trabajo -financiado por el Centro de Estudios Jurídicos y de Información especializada- con un centenar de reclusos con los que analizará otras variables, como las psicopatías, para estudiar las necesidades criminológicas que puede tener cada agresor.
«Ahora, un maltratador recibe el mismo tratamiento por una agresión muy grave que por saltarse una orden de alejamiento por una amenaza, aunque sea con el consentimiento de la pareja», indica Loinaz, que advierte que «se les mete a todos en el mismo saco, en un traje de talla única».
Para el criminólogo, esta situación es fruto de la falta de recursos y de la escasez de especialistas para atender a los agresores, y pone como ejemplo el caso de Brians II, «donde tienen en un módulo 130 sujetos para dos psicólogos», una situación que es como si metiésemos a enfermos en los psiquiátricos y no se les diese tratamiento».
Fuente: [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]
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Enlaces relacionados:
– La discriminación de la mujer, ¿hasta cuándo la violencia?
– Relaciones víctima-victimario. Apuntes Victimología
– Víctimas especialmente vulnerables. La mujer maltratada. Apunes Victimología
[Resumen del artículo original -en inglés- y contacto con los autores en este enlace].
Los testimonios oculares son una parte crucial en muchos juicios criminales, aun cuando la investigación sugiere con creciente frecuencia que no pueden ser tan exactos como a nosotros (y a los abogados) nos gustaría que fueran. Por ejemplo, si usted ve a un hombre con un suéter azul robando algo y oye por casualidad a varias personas hablando sobre un suéter gris, ¿en qué medida es probable que usted recuerde el auténtico color del suéter del ladrón? Los estudios han mostrado que cuando la gente da información falsa sobre un suceso es fácil mezclar los hechos reales con los falsos. No obstante, existe evidencia de que cuando la gente es forzada a recordar lo que vio (poco después del suceso) es más probable que recuerde detalles de lo que ocurrió.
Los psicólogos Jason Chan, de la Iowa State University, Allana Thomas de la Tufts University, y John Bulevich del Rhode Island Collage querían comprobar en qué medida afecta la información falsa en un test de memoria realizado a voluntarios que habían contemplado un suceso. Un grupo de voluntarios observó el primer episodio de “24” y entonces se les pidió someterse a un test de memoria sobre el capítulo o que jugaran un juego. El siguiente paso fue proporcionar a todos los sujetos información falsa sobre el episodio visto y someterse a un test final de memoria sobre el mismo.
Los resultados, publicados en la edición de enero (2009) de Psychological Science, una revista de la Association for Psychological Science, fueron sorprendentes. Los investigadores hallaron que en los voluntarios que realizaron el test de memoria inmediatamente después de ver el episodio era casi dos veces más probable que recordasen la falsa información que los voluntarios que habían jugado a un juego a continuación del episodio.
Los resultados de un experimento subsiguiente sugieren que el primer recuerdo podría haber mejorado la habilidad de los sujetos para aprender la información falsa, esto es, el primer test mejoró el aprendizaje de la información nueva y errónea. Estos hallazgos muestran que la información recordada recientemente tiende a la distorsión. Los autores concluyen que “este estudio muestra que incluso los psicólogos pueden haber subestimado la maleabilidad de los testimonios oculares”.
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Sin salirnos del tema, les dejo un par de enlaces a Misterios del aire, en los que Juan Carlos Vitorio contribuye al adecentamiento de la historia ufológica española:
El «encuentro cercano» de Pontejos (Cantabria), 6/1/69
Comparen con la mierda mayoritaria difundida por el platillismo patrio en otros sucesos semejantes, los enemigos del sentido común, del razonamiento crítico y de la aclaración de los supuestos misterios. A quien le apetezca, puede seguir cargando con esa lepra.
Fuente:mihteriohdelasiensia
En diversos experimentos efectuados hemos descubierto que la solución es distinta en el caso de los niños que en el de los jóvenes o adolescentes. Aunque cueste creerlo, resulta que los primeros reaccionan mejor ante las recompensas que ante las medidas disciplinarias. ¡Atención, mamás y papás y, sobre todo, abuelos! Es mejor ignorar las ‘maldades’ de los niños y bebés para centrarse en recompensarlos cuando hacen las cosas bien. ¿Cómo es posible esta diferencia en los mecanismos cerebrales marcada, simplemente, por la edad?
Artículo completo en: XlSemanal
¿Nacemos con el juicio moral preinstalado en nuestros cerebros o éste se crea a través de la educación? ¿Distinguen los niños entre el bien y el mal? Sabemos que el cerebro humano madura lentamente y solamente alcanza su plena madurez cuando se termina la adolescencia, ¿influye esto en juicio moral? Estas preguntas son, sin duda, muy interesantes de tratar de contestar. Ahora empezamos a vislumbrar algunas de sus respuestas.
Según unos investigadores de la Universidad de Chicago los niños de entre siete y doce años de edad parecen naturalmente inclinados a sentir empatía hacia el dolor de los demás. Este resultado está basado en imágenes de resonancia magnética funcional y es similar al que se puede obtener en adultos. Entonces, y según estos datos, los niños, al igual que los adultos, muestran una respuesta al dolor en las mismas regiones cerebrales.
Los investigadores descubren además aspectos adicionales en la actividad cerebral, que se manifiestan cuando los sujetos ven a otra persona siendo lastimada por un tercero de manera intencionada y que estaría relacionado con el juicio moral.
Según Jean Decety este estudio examina tanto la respuesta neuronal al dolor de los demás como el impacto al ver a alguien causar dolor sobre otro.
Un artículo titulado ¿Who Caused the Pain? An fMRI Investigation of Empathy and Intentionality in Children? y publicado en Neuropsychologia describe estos resultados y el método experimental empleado.
Según estos investigadores la empatía estaría preprogramada en el cerebro de niños normales y no sería enteramente un producto de la educación de los padres o del entorno social. Según Decety la comprensión del papel del cerebro en respuesta al dolor puede ayudar a los investigadores a entender cómo ciertas discapacidades cerebrales influyen en el comportamiento antisocial, como en el caso del acoso escolar.
El equipo de investigadores mostró a 17 niños (en el grupo había ocho niños y nueve niñas) de entre 7 y 12 años de edad fotos y animaciones de gente sufriendo dolor. Dolor que recibían accidentalmente o era infligido a propósito. La actividad cerebral de los sujetos era estudiada mientras tanto con un sistema de resonancia magnética funcional.
Las imágenes procedentes de este sistema mostraron que las partes del cerebro que se activaban en estos sujetos eran las mismas que se activaban en adultos bajo esas mismas condiciones.
La percepción del dolor de los demás estaba asociada con una aumento de la actividad hemodinámica (riego sanguíneo) en los circuitos neuronales relacionados con el procesamiento del dolor de primera mano. Sin embargo, cuando los niños veían imágenes de alguien causando dolor intencionadamente, las regiones cerebrales que se activaban estaban relacionadas con la interacción social y el razonamiento moral.
El estudio proporciona pistas sobre la percepción que tienen los niños sobre lo que están bien y lo que está mal, y sobre su procesamiento cerebral. Según Decety, aunque el estudio no se nutre del juicio moral explícito, la percepción de una intencionalidad individual de dañar a otro hace al observador consciente del mal moral.
Las entrevistas posteriores que se hicieron a los niños muestran que éstos eran conscientes del mal comportamiento moral cuando alguien era lastimado intencionadamente en las animaciones visionadas. Trece de ellos dijeron que esas situaciones eran injustas y preguntaron por las razones que pudieran explicar el comportamiento observado.
Fuentes y referencias:
Nota de prensa Universidad de Chicago .
Fuente: Neofronteras
Mind Games es el título de un amplio estudio en donde se brindan los detalles acerca de la forma en que los criminales cibernéticos utilizan la avaricia y la lujuria para robar información confidencial. Sus resultados
La empresa de seguridad McAfee anunció los resultados de un innovador estudio que detalla los trucos psicológicos y otras tácticas que utilizan los criminales cibernéticos en estafas con ingeniería social difundidas mediante correo electrónico basura.
En el estudio titulado Mind Games (Trucos Psicológicos), su autor principal, el Dr. James Blascovich, Profesor de Psicología de University of California, Santa Bárbara (EEUU), ofrece un análisis de varios correos electrónicos con estafas comunes y brinda sorprendentes datos sobre la forma en que los criminales cibernéticos utilizan la avaricia y la lujuria para robar metódicamente información personal y financiera.
Las mismas prácticas psicológicas utilizadas por los criminales cibernéticos se investigaron en un informe realizado en Europa y encargado por McAfee en asociación con una eminencia en psicología forense, el Profesor Clive Hollin de University of Leicester en el Reino Unido.
«El spam con fraude electrónico funciona mejor si se proporciona a los destinatarios un sentido de familiaridad y legitimidad, ya sea creando la ilusión de que el correo electrónico proviene de un amigo o colega o proporcionando advertencias convincentes de una institución de prestigio», manifestó Blascovich.
«Una vez que la víctima abre el correo electrónico, los criminales usan dos procesos motivacionales básicos, acercamiento y precaución, o una combinación de ambos, para persuadir a las víctimas de hacer click en vínculos peligrosos, proporcionar información personal o descargar archivos riesgosos. Si se obtuvieran mediante estafa u$s20 de tan sólo el 0,5% de la población de los Estados Unidos, los criminales cibernéticos ganarían u$s15 millones al día y casi u$s5.500 millones en un año, un poderoso atractivo para talentosos artistas de la estafa», agregó.
El éxito
Una clave importante del suceso de los criminales es la familiaridad. Un ejemplo son las estafas electrónicas mediante las cuales se adquiere fraudulentamente información delicada, como nombres de usuarios, contraseñas y datos financieros, al hacerse pasar por un banco, empresa de tarjeta de crédito o incluso un sitio de subastas en línea, familiares o prestigiosos a nivel nacional. Hace poco, McAfee Avert Labs observó un aumento de 784% en los sitios web con actividad de fraude electrónico en el primer trimestre de 2007.
Los sitios populares también están siendo víctimas cada vez más constantes de este fenómeno. En diciembre de 2006, los criminales cibernéticos atacaron MySpace y utilizaron un gusano para convertir vínculos legítimos en vínculos que atraían a los consumidores a un sitio de fraude electrónico diseñado específicamente para obtener información personal.
«Junto con el alarmante incremento de los correos con fraude electrónico, también estamos experimentando mensajes más sofisticados que pueden engañar hasta el más experimentado usuario de la web», comentó David Marcus, gerente de investigaciones de seguridad y comunicaciones de McAfee Avert Labs.
«Mientras que los primeros correos electrónicos con fraude electrónico a menudo incluían errores de ortografía, redacción extraña y errores gráficos menores, los nuevos fraudes electrónicos nunca antes han parecido más legítimos, con gráficos engañadores y copias que reflejan muy de cerca el lenguaje usado por instituciones prestigiosas», agregó.
El acecho
Además de las tácticas que se basan en la familiaridad para crear la ilusión de legitimidad, los fraudes electrónicos también se dirigen a los consumidores con tácticas que promueven el temor, como frases en el campo Asunto «Notificación de seguridad urgente» o «Los registros de su cuenta de facturación no están actualizados». Otros señuelos como «Completar y Enviar» o » «Estás perdiendo esta oportunidad», son menos obvios pero engañan de manera similar a los usuarios que piensan que si no realizan una acción específica, se están perdiendo de algo.
El Dr. Blascovich también informa sobre una categoría de correos con fraude electrónico dirigida a los consumidores interesados en progresar en la vida (deseo de «superación») o se aprovechan de la avaricia de los consumidores.
Estos mensajes tienen frases en el Asunto como «Ganaste» para atraer a los consumidores a pensar que han ganado una lotería o un concurso, «90% de descuento» para engañar a los consumidores y hacerlos desear obtener excelentes precios promocionales, o «Está aprobado» para dirigirse a los consumidores que quieren un crédito o tienen problemas financieros.
Y otro atractivo bastante popular implica mensajes que juegan con sentimientos de cariño y pérdida.
Un asunto como «¿Por qué pasar otro fin de semana en solitario? funcionan apelando a la sensibilidad de quienes se sienten vulnerables. Y finalmente, existe el enfoque de «voz de la autoridad»: «¡Atención! Se han PERDIDO varias bases de datos de tarjetas de crédito» y otros similares, diseñados para que los usuarios sientan urgencia y obligación.
Puede encontrar información adicional detallada sobre fraude electrónico y amenazas de seguridad en McAfee Threat Center en http://www.mcafee.com/us/threat_center/default.asó
El informe denominado «Mind Games» está disponible en línea en http://www.mcafee.com/us/threat_center/white_paper.html
Una mujer de 50 años ha sido detenida al ejercer de sicóloga y sexóloga sin tener titulación, informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Canarias, que detalla que fue contratada por el Ayuntamiento de la capital grancanaria para dar cursos. La detenida no tiene antecedentes penales y fue identificada como María Victoria B.N., de nacionalidad brasileña y nacionalizada española. Agentes de la Policía Nacional comenzaron a investigar en mayo a la detenida, que se anunciaba en medios de comunicación de alcance nacional como sicóloga y sexóloga, además de como especialista de la hinopsis y de las terapias regresivas. La mujer cobraba por sus servicios ofrecidos sin titulación en un despacho de la capital grancanaria, explica. Además, la supuesta sicóloga había impartido cursos para diversos organismos oficiales como el Instituto Municipal para el Empleo y la Formación del Ayuntamiento de la capital grancanaria, lo que aprovechaba para «enganchar a sus clientes y, una vez terminado el seminario, continuaran su terapia en su consulta. Una vez recopiladas las pruebas, los agentes instruyeron las diligencias pertinentes y pusieron a la detenida a disposición judicial.
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